No es un secreto que el estrés en la vida cotidiana puede causar graves consecuencias. Es por esto que el día de hoy a lo largo de este artículo te enseñare un ejercicio de visualización relajante que te ayudará a recuperar la calma y la serenidad en cualquier momento del día, que es una extensión de el artículo anterior “Técnicas de Relajación para la Vida Diaria“.
Para empezar te recuerdo que la visualización es una herramienta que podemos utilizar para muchos fines, pero a lo largo de este artículo aprenderás sobre la visualización relajante que te ayudará específicamente a relajarte y a lograr mayor serenidad y más calma en tu vida diaria.
Antes de revelarte el ejercicio de visualización, veamos rápidamente en que consiste la Visualización Relajante.
La Visualización Relajante es una técnica que consiste en imaginar, ver o visualizar en tu mente imágenes o momentos que te hagan sentir relajado y en calma. Y el objetivo con esta técnica es sencillamente relajarte, ya sea porque te encuentras estreado, agitado, ansiosa o porque simplemente quieres disfrutar de un momento de silencio y relajación.
Muy bien, ya aclarado este punto, a continuación veamos el ejercicio que te ayudará a practicar la visualización relajante.
8 Pasos para Practicar la Visualización Relajante.
Paso #1: Escoge un lugar agradable y tranquilo en donde te puedas sentar cómodamente, quieto y durante unos minutos. Este ejercicio lo puedes practicar en cualquier lugar, y en el caso de que estés fuera de casa y sientas la necesidad de calmarte te recuerdo que también puedes sentarte en el baño.
Paso #2: Luego coloca tus manos sobre tus piernas y cierra los ojos. Comienza por concentrar toda la atención en tu respiración, toma varias respiraciones suaves y profundas, hazlo tomando el aire por la nariz y exhalándolo por la boca. Mientras lo hagas procura soltar la tensión acumulada en tu cuerpo, afloja cada parte de él y descansa.
Paso #3: Al terminar la séptima respiración profunda imagínate un conjunto de diez escaleras con una puerta cerrada en la parte superior. Sigue tu respiración normal y con cada respiración visualízate a ti mismo/a subiendo un escalón, tras otro, y así hasta llegar al frente de la puerta.
Paso #4: Seguido, imagínate que abres la puerta y que al abrirla te encuentras con una habitación amplia. Ahora imagina y piensa en todas las cosas que te gustaría ver en esa habitación, puede ser un cómodo y bonito sofá, cuadros en la pared, iluminación o no, vista al mar, un jarrón hermoso de flores frescas y así sucesivamente hasta que diseñes la habitación más cómoda y agradable para ti.
También es muy importante que dentro de esa habitación imagines cosas que estimulen tus sentidos, puede ser un tipo de olor, un sonido relajante como el oleaje del mar, el canto de lo pajaritos, tocar y oler las flores, añade con total libertad a la habitación de tus sueños todas las sensaciones físicas que te gustan y te aportan calma, relajación y sobre todo paz.
Paso #5: Posteriormente visualízate sentado o acostado en tu habitación y concéntrate en la calma y las sensaciones positivas que te despierta el estar allí. Al hacer esto sigue respirando tan profundamente como te sea posible. A continuación repítete frases positivas. Elige frases sencillas y reconfortantes que sean aplicables a tu vida diaria. Repite esas frases varias veces.
Por ejemplo: “Me siento en calma”, “Me siento feliz”, “Me siento tranquilo/a”, “Estoy relajada”, etc.
Paso #6: Quédate ahí en tu habitación el tiempo que quieras, disfrutando de tu estado de relajación y conservando esos sentimientos positivos.
Paso #7: Cuando sientas que has logrado tu objetivo que era relajarte y recuperar la calma, puedes salir de la habitación. Luego imagínate a ti mismo abriendo la puerta y bajando las escaleras con una gran sonrisa y un profundo sentimiento de paz. Recuerda respirar y bajar un escalón y así hasta llegar al pie de la escalera, que es en donde puedes abrir los ojos suavemente.
Paso #8: El último paso consiste en que te tomes unos minutos para mirar a tu alrededor y recordar mentalmente donde te encuentras, siente tu cuerpo y vuelve a la realidad, tranquilo y con ganas de comerte el mundo.
Yo te sugiero que practique este ejercicio a diario y no solo cuando necesites calmarte, puedes hacerlo en la noche justo antes de acostarte o en la mañana antes de comenzar con tu actividad diaria.
Es un ejercicio muy sencillo, pero muy poderoso que estoy segura te ayudará enormemente en tu vida,y más si el estrés, la ansiedad y la preocupación son parte de ti.
Por Yasnely Gómez