“Cuando sintáis que se acerca la tristeza, no os dejéis invadir por ella, ¡reaccionad! Y ¿a qué llamo yo reaccionar? Encontrar argumentos para ahuyentar la tristeza no es fácil. Seguramente llegaréis a cambiar vuestro estado interior actuando sobre el plano físico: llevando una fruta o una flor a un amigo (sí, una flor o una fruta, pero no vuestra tristeza), o escribiéndole cuatro palabras, o bien salir a la calle ofreciendo una mirada nítida o incluso una sonrisa a los transeúntes. ¡Hay tantas cosas que se pueden hacer! Cosas en apariencia poco importantes, pero en realidad muy eficaces.
Cuantas de vuestras tristezas son a menudo la consecuencia de tonterías: una pequeña contrariedad, una pequeña humillación. Pues bien, en lugar de dejaros llevar dándole vueltas a todo esto, es el momento de manifestar vuestra bondad. No sólo hallaréis vuestra paz interior, sino que además ganaréis amigos, seréis para ellos una fuente de vida, un rayo de sol, un jardín florido. Aprended a utilizar la tristeza para hacer algo bueno y útil que tal vez no hubierais hecho si os hubierais sentido felices y bien dispuestos. “
Omraam Mikhaël