Juzgando a los demás

Cuándo juzgamos a otros nosotros deberíamos preguntarnos de donde vienen estos juicios. ¿Es sobre algo que nosotros vemos en nosotros?

Aunque sea humano evaluar a la gente que encontramos basado en las primeras impresiones, las conclusiones a las que llegamos son muchas veces dictadas por nuestros propios miedos y nuestras propias preconcepciones. Además, nuestros juicios son con frecuencia incompletos. Por ejemplo, la riqueza puede parecernos un motivo para que un individuo sea malcriado, y la pobreza puede ser vista como una señal de pereza - ninguno de estos señalamientos es verdadero-. La raíz de esta tendencia a clasificar y criticar, es la inseguridad. Para superar nuestra necesidad de ponernos aparte de lo que tememos, requerimos entender la razón de nuestros juicios para luego reafirmar nuestro compromiso a la tolerancia.

Cuando nos descubrimos en un pensamiento o en un comportamiento enjuiciador, nosotros deberíamos preguntarnos de donde vienen estos juicios. Los rasgos que esperamos nosotros que los demás posean y que no poseen pueden instigar nuestra crítica distanciándonos de ver otras cualidades que los otros si poseen. El primer paso a un camino de compasión es reconocer que hemos juzgado, y que hemos identificado la raíz de nuestros juicios. El reconocer que limitamos nuestra conciencia evaluando a otros críticamente puede ayudarnos a que superemos nuestras impresiones iniciales mucho más fácilmente. Los juicios raras veces dejan espacio a otras posibilidades y alternativas.

La madre Teresa dijo, " Si usted juzga a la gente, usted no tiene el tiempo para amarlos”. “Si somos rápidos para juzgar a otros, olvidamos que ellos, como nosotros, son seres humanos. Raras veces sabemos qué caminos ha viajado la gente antes de encontrarse con nosotros o por qué ellos han entrado en nuestras vidas. Siempre deberíamos dar a aquellos que encontramos el regalo de un corazón abierto. Haciendo esto, nos permitimos sustituir la crítica basada en el miedo por la apreciación. Entonces podemos enfocarnos sin reservas en la chispa del bien que habita en todas las almas humanas.

Traducido de: www.dailyom.com