Hay una debilidad que yo he denominado: “la tiranía de la debilidad”. Es cuando alguien aparenta ser tan debil para tener a todos ocupándose y haciéndole todas sus cosas.
Ese tipo de personas son muy infelices, porque nunca pueden contar con ellas mismas cuando aparecen los problemas.
La tiranía de la debilidad es el poder de no desempeñarse. Se disfraza de: “No soy lo suficientemente fuerte; es demasiado pesado para mí; voy a tener que estar de pie demasiado tiempo.” Y toda clase de excusas.
Por ejemplo:
“No puedo ir. Tengo un dolor de cabeza.” Levántate y ve.
“No puedo esquiar. No se cómo hacerlo.” No puedes aprender ahí sentado. Ponte los esquíes.”
“Me voy a caer.” Sí.
“No se nadar.” Ponte un chaleco salvavidas. Inspira profundamente durante toda la experiencia.
“No puedo cantar.” Practica.
“¡Oh no. No! ¿Por qué, no?
“Porque no puedo cantar.” Lo se, practica. Toma lecciones y empieza.
“No, estoy protegiendo mi debilidad.”
Y esa debilidad estará en el lugar por donde entra tu enfermedad y vive tu malestar.
- John-Roger