¿Podrías liberarte de pensamientos y emociones negativas lanzándolos a la basura literalmente?
El simple hecho de desahogarte escribiendo lo que te agobia o lo que te tiene de mal humor en un papel y lanzarlo después a la papelera puede ser liberador.
¿Te parece una tontería? Quizás lo sea. Pero a veces esto funciona por dos motivos:
Primero, por la escritura en sí. No veas lo que cambian los enredos que tenemos en la mente cuando los resumimos en unas cuantas frases.
Segundo, por el gesto simbólico de arrojarlos fuera de ti. ¡A la basura!
No lo digo yo. Lo dice Richard Petty, de la Universidad del Estado de Ohio, y también investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid. (Y nos lo cuentan en Female Network.)
Tú dirás: “¿No tiene el mismo efecto que simplemente me imagine que toda esa negatividad sale fuera de mí?”
Podría, sí. Pero el ritual de escribir las penas y arrojarlas lejos ayuda; lo hace más fácil. Y, cuanto más te convenzas de que esos pensamientos se han ido, mejor.
Quizás esa negatividad no desaparezca permanentemente, pero podría darte un respiro temporal. O quizás esto no sirva para nada en ciertas ocasiones…
El caso es que no está de más guardar esta idea tan simple por si alguna vez nos es útil.
Yo no la he puesto en práctica de este modo. Pero te cuento que, alguna vez, aproveché la flamante chimenea que había en casa para que el fuego acabase con fotografías, cartas, anotaciones… que no me permitían cerrar una etapa de mi vida.
Seguramente, me inspiré viendo alguna película romántica en la cual el protagonista hacía lo mismo. No lo recuerdo.
Lo que sí es “poderoso” es observar cómo esos pesares del alma se van convirtiendo en cenizas. Yo diría que es incluso más liberador que arrojarlos a la papelera.
En fin, ya tenemos un par de ideas más para desahogarnos y sacar de la cabeza eso en lo que no queremos pensar.
http://tusbuenosmomentos.com/2012/12/negatividad-basura/