No permitas que las cosas sucias del pasado contaminen tu presente. Después de cerrar una bolsa de basura ¿la reabres para revisar lo que tiene dentro?
Generalmente sólo revisamos la basura si algo de valor se hubiera perdido. Éso, porque lidiamos con la hipótesis de haberlo tirado sin querer. Si no es ése el caso, lo que se fue a la basura no lo veremos más y ni siquiera nos acordaremos de todo lo que está embolsado y listo para salir de nuestra casa.
Si esa bolsa se queda con nosotros por algunos días, y la reabrimos por cualquier motivo, el olor será insoportable, microbios existirán a montones y nuestra salud podría verse severamente amenazada.
Lo mismo sucede cuando guardamos y removemos todo lo malo que ya pasó por nuestra vida. Siempre que dejamos que nuestra mente se pierda en malos recuerdos, estamos reabriendo una "bolsa de basura". Es probable que se encuentre allí la causa de muchas enfermedades físicas y mentales.
Vuelve un poco tus pensamientos hacia aquéllos que ya te hicieron algún mal, y mira cómo te sientes.
Vuelve a ver las ofensas, los resentimientos, las rabias, los desencantos, las desilusiones, las decepciones, y piensa en el "olor" que tiene todo eso. Es así que remueves la basura guardada dentro de ti.
¿Hace cuánto tiempo que está guardada allí? ¿Por cuánto tiempo todavía la guardarás?
Pregúntate: "¿Para qué me sirve toda esa suciedad?" Observa honestamente la respuesta. La suciedad atrae más suciedad, basura atrae más basura, recuerdos nocivos atraen miseria material, física y espiritual.
¿Es éso lo que deseas para ti mismo?
Coloca tus pies en el limpio suelo del presente: es el camino para un limpio y feliz futuro. Agárrate a tus metas, busca realizar tus sueños, guarda los tesoros ya recibidos.
Tú mereces ser feliz.
Por una vida más digna, por un futuro mejor, arroja lo que es basura en la basura.
¡Y quema la basura!