Una buena señal de que estás en el camino correcto es cuando comienzas a ver más de tu basura. Comienzas a notar el ego jugando y cómo le permites que se aferre a ti y a tus interacciones con otros.
Ver nuestra basura nunca es fácil. Pero lo que hacemos después de verla es lo que marca la diferencia.
Afligirnos, deprimirnos o entristecernos no nos ayudará a cambiar, así que eso es una pérdida de tiempo. Por otro lado, podemos sentirnos agradecidos por tener la claridad para ver qué es lo que necesitamos cambiar para que nuestras vidas puedan mejorar.
¡Imagina si pudiéramos hacer el cambio para que el ver nuestra basura se vuelva una parte maravillosa del proceso!
Si no podemos ver nuestra basura, no podemos alejarnos de ella e ir hacia la Luz.
Yehudá Berg