El humor te ayuda a respirar cuando lo ves todo negro. También veremos que hay humores que sanan y humores que matan.
Imagina que el sufrimiento se ha convertido un bloque macizo atado a tu pie y tú vas hundiéndote hasta que llegas al fondo del pantano, donde te quedas solo, en total oscuridad y sin poder respirar.
Pues, una forma de hacer esa cuerda elástica y emerger a la superficie de tanto en tanto para tomar aire es reír un poco. No de cualquier manera, claro. Porque la risa tiene su lado edificante y terapéutico, y otro que es más negro que el mismo fondo del pantano.
Y, como mal menor, están los dedos acusadores de quienes no tienen sentido del humor y esperan verte todo el tiempo con cara de pepinillo en vinagre.
¿Eres irresponsable?
Nada de eso. Por reírte de tus propios despistes, de tus errores o de los pequeños accidentes de la vida casera NO estás siendo irresponsable.
Al contrario, te distancias de ellos momentáneamente, te relajas y oxigenas el cerebro para abordarlos con más eficiencia. Qué caray…
Lo irresponsable es carcajearse, desentenderse y colgarle el lío a otro.
¿Estás como una cabra?
Conoces bien tus problemas (son muchos, vale) y eres consciente de ellos, pero eso no te impide bromear ocasionalmente.
Incluso pasándolo mal, ironizas sobre cómo podría ir a peor la cosa o le das la vuelta por completo, por ejemplo, comentando con un compañero lo “idílico” de tu situación.
¿Es que te estás volviendo loco? Claro que no. Tan sólo estás tomando el aire que necesitas.
¿Eres frívolo?
Asumes tus responsabilidades. Te identificas o te solidarizas con el sufrimiento de otros. Estás comprometido con una causa…
Muy bien. Pero eso no significa que tengas que estar todo el tiempo preocupado, llorando o con cara de indignación.
Ser sensible y compasivo no está reñido con pasar cuatro ratos buscándole el lado amable a la vida.
¿Eres egoísta?
Todo lo contrario: Puede ser muy generoso que compartas algo divertido con el prójimo. La mayoría de nosotros necesitamos reírnos más.
El humor es egoísta si te distancias del dolor de la gente como si no fuera contigo y, además, lo rematas con risotadas. En ese caso, no sólo egoísta, sino sádico.
Es repulsivo cuando te mofas del que es diferente. Y patético, cuando todo lo que ves lo transformas en un burdo chiste sexual.
Sí, el sentido del humor puede ser grotesco, cínico, procaz o directamente… asqueroso.
El que tú buscas es otro; un sentido del humor que te desestrese, que te alivie y que pronto vaya soltando la amarra del sufrimiento constante.
Buscas el mismo tipo de humor que quienes deciden añadirle a la vida luz, esperanza, alegría… aunque sea en pequeñas dosis. ¡Valen oro esos momentos!
Así es que, si estás muy, muy abajo, rodéate de personas con esta misma actitud. No falta gente sana dispuesta a compartir y extender el buen humor.
¡Funciona!
http://tusbuenosmomentos.com/2012/12/necesitas-humor-bueno/