Vamos a hacer una recopilación de pensamientos destructivos, muy corrosivos para la confianza en nosotros mismos.
No sé tú, pero yo ya me he propuesto prescindir de ellos todo lo que pueda.
1. Etiquetas
Soy tonto. ¿Qué voy a hacerle?
Cuando te etiquetas, te boicoteas poniéndote límites a ti mismo. Y lo peor es que, en muchos casos, te basas únicamente en tu opinión (negativa) y no en hechos que lo demuestren.
2. Culpas a granel
Todo el proyecto se desmoronó por mi culpa.
Ya hay bastante con responsabilizarse de los propios errores como para echarse encima culpas “extra”. Así, sin buscar otras razones que expliquen la situación que sea…
3. Lamentos
Si hubiera hecho esto, no habría sucedido aquello.
Al mirar atrás, muchos de nosotros cambiaríamos algo de lo que hicimos, porque tenemos información ahora de la que antes no disponíamos. Pero lo hecho, hecho está.
4. Errores eternos
Hace 20 años cometí un error que aún me duele.
Los errores y fracasos (más incluso que los éxitos) sirven para aprender y crecer. Hemos de quedarnos con la valiosa lección y dejar el mal trago atrás.
5. Exageraciones
¡Uy! He derramado el café en el suelo. Llego a ser un poco más torpe y no nazco.
Basta un pequeñito desliz para que te eches encima un montón de basura. No, por favor…
6. Todo o nada
Si tú te vas, mi vida no vale la pena.
Ésta es la exageración llevada al extremo. Queda muy bien en las canciones románticas, pero no para la vida real.
7. Generalización
Ese cerdo me puso los cuernos. Todos los hombres son iguales.
Una persona o una situación concreta no definen al conjunto. ¡Menos mal!
8. Razonamiento emocional
¡No te vuelvo a hablar en mi vida!
Cuando estás enfadado, triste, asustado o, en definitiva, embargado por la emoción no es el mejor momento para tomar decisiones tan drásticas.
9. Conclusiones aceleradas
No me ha saludado al entrar. Eso es porque le caigo mal.
Estás tan predispuesto a pensar de manera negativa sobre ti mismo que saltas inmediatamente a conclusiones como ésa. ¿No puede ser que la persona en cuestión tuviese otras cosas en la cabeza?
10. Modestia excesiva
Esto es muy fácil y lo puede hacer cualquiera.
Vale. ¡Pero lo has hecho tú! ¿Por qué no te alegras por ello? Asume tus errores, pero también tus pequeños logros.
¿Qué te parece si nos alejamos todo lo posible de lo anterior? Pensando de manera más positiva estamos también cuidando de nosotros mismos.
http://tusbuenosmomentos.com/2012/10/pensamientos-negativos-limites/