Echar de menosTras escribir sobre soledad y sentirse solo veía la necesidad de completar la reflexión con alguna referencia al hecho de echar de menos que suele estar muy asociado al vacio que deja la soledad.
En principio echar de menos es notar una falta, es sentir el hueco de la ausencia.
Es normal que cuando nos acostumbramos, es decir, nos comportamos con una serie de costumbres, o cuando nos vinculamos a personas y se produce una separación, sintamos ese sentir tan humano como es el de echar de menos.
La cuestión es que echar de menos suele ser una vivencia que sufrimos de manera negativa. Es cierto que, en el fondo, es una contrariedad, especialmente si no somos nosotros lo que decidimos alejarnos o hacer que se produzcan cambios en la situación. Es importante darse cuenta de que los cambios en la vida, bien sean por decisiones propias, o impuestos por otros, suponen un proceso que forma parte de la esencia de la vida. Desde una concepción dinámica de la existencia echar de menos es parte del juego, una etapa más del proceso.
La hora de tomar decisiones
Es curioso observar, a veces, cómo personas que deciden emprender un nuevo rumbo a su vida se paran y se cuestionan lo decidido por la duda que les genera echar de menos, como si ésto fuese indicador de una decisión equivocada. Recuerdo haber escrito también algo sobre claves para tomar decisiones en situaciones de complejidad emocional.
Hay un echar de menos que nunca nos abandona puesto que tiene que ver con aquellas personas y situaciones importantes que nos han hecho como personas, hay otros "echaresdemenos" que hay que masticar, tragar y digerir en un proceso de aceptación. En definitiva echar de menos es tener historia. Si duele hay que trabajarlo, si emociona hay que dejar espacio para sentirlo, si solo son recuerdos hay que ser consciente de la huella que nos han dejado.
Fuente:
http://entrenando-emociones.blogspot.com.es
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