Los gemidos en el sexo, ¿realidad o ficción?Los expertos coinciden en que son una respuesta fisiológica al placer, aunque a veces se exageren para animar la situaciónSuspiros, gemidos, ayes y hasta gritos acompañan habitualmente a las relaciones sexuales. Pero ¿se trata realmente de una respuesta fisiológica al placer o es algo que hemos aprendido, algo cultural, para animar el cotarro? Y la respuesta es... ¡las dos cosas! «Los gemidos son una expresión psicofísica del placer, aunque también pueden utilizarse para reforzar determinadas conductas, para guiar a la pareja», explica a ABC el sexólogo y psicólogo, Antoni Bolinches, autor del libro «Sexo sabio». «Cuando tú llegas a un nivel de placer tan intenso es natural que eso se traduzca en una explosión, igual que los tenistas necesitan chillar cuando pegan fuerte a la bola por el esfuerzo», aclara.
De la misma opinión es el neurocientífico norteamericano y coautor del libro «Orgasmo. Todo lo que siempre quiso saber y nunca se atrevió a preguntar», Barry Komisaruk. Este experto, que ha sido testigo de más de 200 orgasmos femeninos en vivo en su laboratorio, considera que los gemidos en el sexo son fundamentalmente fisiológicos, aunque los factores culturales también puedan jugar un papel.
«Las expresiones faciales de esfuerzo que a menudo acompañan al orgasmo están relacionadas con la respiración profunda que también ocurre durante el clímax, por lo que podemos decir que los gemidos son inherentes al aparente esfuerzo, y, por tanto, un evento fisiológico», explica a ABC. Otra cosa, aclara Komisaruk, es que los niños estén en la habitación de al lado. «Los gemidos entonces serán seguramente suprimidos voluntariamente. Esto es una cuestión cultural», matiza.
Quizás sea mejor esperar a estar solos, porque reprimir estas expresiones puede ser contraproducente. «Si tienes un orgasmo explosivo y evitas hacer ruido puedes interferir en el placer», advierte Bolinches.
Pero la verbalización del placer en el sexo no es solo patrimonio de los humanos. «Los gemidos también son característicos de las hembras de primates promiscuos como los chimpancés y los bonobos (lo más cercanos a nosotros), y tienen como función atraer a más machos para obtener los mejores espermatozoides. Sin embargo, esto no pasa con las hembras de primates que son monógamos como los gibones o los gorilas», cuenta a ABC Christopher Ryan, doctor en Psicología y autor de «En principio era el sexo», que analiza las raíces prehistóricas de la sexualidad humana.
Lo que sí es cultural, matiza el investigador, son «las palabras que elegimos para expresar el placer que sentimos o la utilización de los gemidos para provocar el orgasmo en el hombre y aumentar su ego».
Cómo detectar si está fingiendo
Si lo que preocupa al hombre o a la mujer es si su pareja está realmente disfrutando de la relación hay algunos indicadores físicos que pueden delatar a un fingidor/a, aunque no son determinantes. En el caso de los hombres, el clímax precede a la eyaculación la mayoría de las veces, así que si no hay eyaculación la mujer puede sospechar... Pero hay que tener presente que los hombres pueden eyacular sin sentir placer y, viceversa, tener orgasmos sin eyacular.
En las mujeres, se puede observar una retracción de la cabeza del clítoris, pupilas dilatadas, espasmos musculares vaginales, rubor cutáneo y sudoración repentina cuando alcanza el orgasmo. Pero cada persona es un mundo y no todas presentan los mismos signos. «La mejor manera de descubrir si él o ella está fingiendo es preguntárselo directamente», zanja Komisaruk.
Fuente:
www.abc.es