¿Te has puesto a pensar alguna vez cuáles con tus verdaderas prioridades?
Nunca dejes de percibir los detalles que le dan sentido a la vida. Lo increíble del caso es que esos pequeños momentos por lo general pasan desapercibidos, arropados por la neblina intensa de la rutina que nos ahoga de una manera implacable.
El tiempo es un bus que no nos permite dudar. Tenemos solo una oportunidad para abordarlo, debiendo mantenernos constantemente alertas para no correr el riesgo de quedarnos varados en un abismo que nos haga distanciarnos de nuestros sueños y anhelos.
Siempre se dice que la vida es un tesoro que se nos otorga. Creo que nadie es capaz de ponerlo en duda, sin embargo tenemos la tendencia de atropellarnos constantemente, martirizarnos sin ni siquiera darnos cuenta que lo hacemos: nos alimentamos inadecuadamente, dormimos pocas horas, metemos en nuestros organismos cualquier tipo de sustancia nociva que altera nuestra percepción del mundo.
Invertimos tanto esfuerzo en cosas que al final nos dejan tan poco, sacrificando a su vez los entornos esenciales de nuestra realidad. ¿O es que no abandonamos a la buena de Dios en tantas oportunidades a nuestras familias con la excusa de buscar la manera de brindarles una mejor forma de vida o un status social elevado?
¿De qué te sirve vivir en el lujo cuando el diamante más precisado (EL AMOR) está ausente en tu hogar? Nos llenamos la cabeza de mentiras con aquello de que es “más importante la calidad del tiempo que la cantidad que le brindo a mis hijos”. Para ellos es CALIDAD y CANTIDAD, para ellos es todo y si no lo ves así ahora, lo lamentaras en algún momento de tu vida, cuando al mirar atrás en el tiempo te invada la nostalgia de esos momentos que jamás volverán.
La cuestión no es SOBREVIVIR, la idea es VIVIR, haciéndolo intensamente, brindándoles a todos los que amamos lo mejor de nosotros, algo que no puede prescindir de nuestra compañía. En ausencia es poco lo que podemos dar.
http://www.capacitante.com/2011/08/nuestras-prioridades.html