Una de las verdaderas causas de estrés es el no darle, en nuestras mentes, la importancia que tienen las cosas, las circunstancias y las personas en nuestras vidas.
Con frecuencia, por ejemplo, anteponemos cosas superfluas a las trascendentales o les damos más interés a circunstancias secundarias o le dedicamos más tiempo a personas menos allegadas que a los seres queridos…
Se da también el caso de quienes tienen una desavenencia con un amigo, y no valoran el apoyo que recibe en su propio hogar.
Hay quienes se amargan el día porque no pueden ir a tomarse unos tragos y departir con sus amigos, pues los requieren asuntos de trabajo o familiares
Otros se angustian mucho ante la inminencia de una dificultad económica, pero olvidan que lo más importante —su salud espiritual, psicológica y biológica— está bien.
Por otra parte, es común observar cuánto se pierde diariamente al dedicar tiempo y esfuerzos a cosas triviales, dejando de lado las cosas que nos harían realmente felices.
Y todo esto obedece a que no tenemos ordenadas las ideas.
Lo más importante en un ser humano es que posee un alma espiritual, que está destinado a ser eternamente feliz; que esta vida es un paso, «una mala noche en una mala posada», como dijo santa Teresa de Ávila. Por lo tanto, la mejor inversión (de tiempo, de esfuerzo, de dedicación) es la que se haga para lograr esa trascendental meta.
En segundo lugar está la familia, sus seres queridos: el amor que logre construir. Con ese empuje e inspiración podrá proyectar ideales altos y soportará cualquier penalidad.
Luego, es necesaria la salud. Con ella se puede trabajar y dar el máximo de las capacidades para llegar a ver hechas realidad las metas que se proponga.
Después de estas preferencias están las otras personas, circunstancias y cosas de la vida de un ser humano.
Como resumen, el siguiente cuadro podrá servir para ordenar la vida humana por prioridades y, sobre todo, para elegir en cuál área trabajar primero para forjar nuestro bienestar:
Mi salvación eterna y la de mis seres queridos
Mi relación con mis seres queridos
Mi salud y la de mis seres queridos
Mis necesidades materiales
Mis relaciones familiares
Mis amistades
Mis gustos personales
Confronte con su propia vida las cosas que de esta lista ya posee, las que necesita mejorar o reforzar y las que le hace falta implementar. Y comience hoy mismo.
Póngase metas diarias, semanales, mensuales y anuales; revise a diario cómo va el mejor negocio de su vida: su propia felicidad.
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