Llevar el “No” por delante puede privarnos a veces de vivir experiencias interesantes.
“No voy a conseguirlo.”
“¿Comida china? Deja, deja… Que yo estoy muy bien con mis hamburguesas”
“Me gustaría aprender a bailar el tango, pero soy arrítmico.”
“¿Tener un negocio propio? No me veo capaz.”
Si te das cuenta de que expresiones parecidas a las anteriores aumentan su frecuencia peligrosamente, quizás podrías plantearte disminuir su número. ¿Para qué? Una buena razón sería la de aprender y enriquecerse como persona. Eso, en principio, porque probablemente habría más consecuencias positivas.
Me aplico lo anterior, por supuesto. En mi caso, sé que me beneficiaría abrirme a ciertas experiencias, sobre todo en el terreno de las relaciones personales.
1. Olvida el qué dirán
Ésta es de cajón. “¿Te apetece vestirte de una determinada manera y no lo haces por lo que dirían tus vecinos?” Estas pequeñas esclavitudes son una lata.
Si uno se lo propone, con el tiempo logra deshacerse de estas presiones. Progresivamente uno va haciéndose a la idea de que es imposible complacer a cada uno de los seres humanos que nos rodean.
2. Rodéate de gente positiva
Otra cantinela que ha aparecido bastante en el blog, pero por un buen motivo. Relacionarnos sólo con personas que nos desmotivan, inculcándonos miedo e inseguridad, es natural que afecte a nuestras ganas de probar algo nuevo.
Distinto es cuando encuentras a alguien que te anima y te ayuda a ver las ventajas de “lo nuevo”, ¿o no?
3. Dejar de quejarse
Lógico, también. Pensar en qué podemos hacer respecto a una solución y hacerlo, si es que se puede hacer algo.
Al reducir el número de quejas, también se reduce el número de excusas.
Bastante trabajo me queda a mí en este punto…
4. Probar algo nuevo
Esto viene a ser lo mismo de lo que trata el post completo, pero referido a algo más pequeño.
Atreverse a probar pequeñas cosas o detalles como, por ejemplo, un nuevo itinerario para ir al trabajo, un nuevo sabor de helado o lencería de un estilo distinto… Lo que sea. El mundo está lleno de cosas por probar y, al entrar en esa dinámica, uno siente más ganas o menos reticencia a probar cosas nuevas a medida que va pasando el tiempo.
5. Dedicar una hora al día a alcanzar tus metas
Es decir, dedicar tiempo a uno mismo, a lo que desea hacer: correr, cocinar, jugar o aprender italiano. Con esto se pretende aumentar la autoconfianza que, posteriormente, hará que nos atrevamos a ir probando más experiencias nuevas.
¿Lo anterior funciona? Pues claro que sí, pero su efectividad no está en escribirlo ni en leerlo, sino en practicarlo un poquito cada día.
El resultado se ve con el tiempo; más para unos y menos para otros, pero se ve. Ten en cuenta que cambiamos inevitablemente, casi imperceptiblemente, un poco cada día. Qué menos que elegir el rumbo más conveniente…
http://tusbuenosmomentos.com/2011/01/5-maneras-de-deshacerse-de-la-negatividad/