¿Crees que existen personas más afortunadas que otras?
Hace tiempo nos aproximamos a la buena suerte publicando las conclusiones a las que llegaron unos estudiosos del tema.
Resumiendo, los principios comunes por los que se suelen mover las personas afortunadas son cuatro:
1. Maximizan sus oportunidades
2. Siguen sus buenas corazonadas
3. Son de naturaleza optimista
4. Transforman la mala suerte en buena
1. Probar nuevas cosas continuamente
Aquí aparece el principio de “maximizar las oportunidades”.
Desanclarse de la monotonía e introducir algo de variedad en nuestras vidas contribuye a ello.
2. Ser conscientes de lo afortunados que somos justo ahora
Sí, claro, comparándonos con otros, encontraremos a alguien que visto desde fuera nos parezca que tiene mejor suerte que nosotros.
Pero, ¿para qué comparar nuestro pequeño utilitario con el Ferrari de otros?
Disfrutemos de nuestros dones y tesoros al máximo.
3. Valorar los pequeños pasos
Quizás tengas grandes objetivos en perspectiva. Yo también. Mirarlos desde lejos puede resultar abrumador.
¿Solución? Comenzar el camino e ir dando pequeños pasos.
Es más probable encontrar la buena suerte en el camino que permaneciendo todo el tiempo en la línea de salida.
4. Ser constante
Enlazado con lo anterior, como podrás darte cuenta…
Antes, yo tenía la palabra “constancia” asociada a una imagen muy poco motivadora: los esclavos que remaban encadenados en las galeras de un barco, siguiendo el ritmo de un monótono tambor.
Menos mal que el tiempo pude disociar “constancia” de “esclavitud”.
Ahora lo asocio a trabajo, incluso a disciplina, pero dirigida hacia un objetivo que yo he decidido y por el que vale la pena el esfuerzo. ¿Te sirve la idea?
5. Hacer lo que nos nace hacer
Esto referido a no seguir el camino que otros nos tracen en la vida, por mucho que nos quieran, sino a encontrar el propio rumbo.
Qué mejor suerte que ser libre de poder dedicarse o practicar lo que a uno le llena.
6. Construir relaciones con gente que comparta nuestros intereses
Si ya es una suerte hacer lo que a uno le gusta, poder compartirlo es doble suerte.
Además, surge la oportunidad de aprender más y de apoyarse mutuamente. ¿Y quién sabe qué otras oportunidades?
7. Ayudar a otros cuando estamos en la posición de hacerlo
Ayudar a los demás nos beneficia, no sólo porque luego puedan ayudarnos a nosotros, como ya vimos.
A quien tiene la tendencia a ayudar a otros es frecuente que la suerte le sonría en forma de ayuda, justo cuando la necesite, aunque esa mano tendida no sea la misma a la que se ayudó alguna vez.
8. Correr riesgos calculados
El riesgo consiste en atreverse a hacer algo; a poner la carne en el asador sin garantías de que vaya a salir bien.
Ya lo decía Virgilio: “Audentes fortuna iuvat.” (La fortuna sonríe a los audaces.)
9. Aprender de los errores
Ah, sí. El principio de transformar la mala fortuna en buena.
Detrás de un error, fracaso o batacazo, se esconde una valiosa lección. Una lección a la que sacarle partido para seguir adelante.
¿Quién dice que la gente afortunada no sufre ningún reves del destino?
10. Vivir el momento presente
La vida es lo que está ocurriendo ahora mismo.
La gente más afortunada está centrada en el presente, en las oportunidades que brinda el día de hoy. Algo que resulta más difícil para aquellos que miran hacia atrás o para los que no quitan sus ojos del horizonte lejano.
Todo esto puede llevarnos a la conclusión de que la buena suerte responde básicamente a dos cuestiones:
(1) A cómo se interprete la vida.
(2) A aprovechar las oportunidades a nuestro alcance.
http://tusbuenosmomentos.com/2011/10/tener-buena-suerte/