En la tradición esotérica el tema de la buena suerte es fundamental. Pero… ¿qué es la suerte? Tal vez simplemente sea una fuerza que determina un cambio benéfico, una predestinación, algo que depende de haber estado en el sitio exacto y en el momento exacto.
Muchísima gente me pregunta si la suerte es un producto de la casualidad. En realidad yo creo que no, porque cada individuo tiene la libertad de elegir la dirección de su destino.
Por supuesto, para los seres humanos existen épocas de mejor o de peor suerte, porque en el mundo material todo está hecho de ciclos, de altibajos. Por eso, si usted está pasando por un buen momento, preste atención y no se descuide: nada dura eternamente.
Dicen también que la suerte es el modo en el que Dios realiza sus milagros. Puede ser que esto sea así pero, aunque resulte extraño lo que voy a decir, creo que un poco de “antisuerte” debe ser siempre bienvenida, ya que un contratiempo suele ser una señal de alarma, un aviso para que no seamos negligentes con nuestra buena estrella.
En la tradición judaica, por ejemplo, si alguien rompe accidentalmente un plato se considera una señal de buena fortuna, aunque a la vez se interprete este hecho como una voz de alerta sobre la fragilidad de la vida.
Otro detalle importante es saber que el pesimismo y la envidia ahuyentan a la buena fortuna. Cada persona tiene su propio tesoro y el mismo puede estar enterrado en su propia casa, incluso debajo de su cama, pero jamás lo hallará si está pendiente de los tesoros ajenos.
Por el contrario, sentirse alegre, próspero y feliz, atrae al ángel de la abundancia y permite que cada sueño, que cada deseo se conviertan en realidad.
En síntesis: hay que arriesgarse y confiar, hay que apostar al destino. Porque si bien es Dios quien elige los números, El obra siempre en función del merecimiento de cada uno de nosotros.
http://www.profesoragrahasta.com/page/2