La expresión “tirar la toalla” se refiere al hecho de abandonar un objetivo después de intentar alcanzarlo sin éxito.
Estás cansado de esforzarte tanto y haces como el boxeador en el ring cuando está extenuado y sabe a ciencia cierta que no ganará el combate: tiras la toalla. (De ahí viene el dicho, como bien sabes.)
A veces, tirar la toalla puede ser una decisión que acarree consecuencias positivas. Así lo dice una frase muy conocida de Napoleón: “Una retirada a tiempo es una victoria“.
Efectivamente, dejar de desgastarse es una buena opción en algunos casos. Pero, aquí viene lo difícil: ¿Cómo saber cuál es el momento de rendirse?
Para esclarecerlo, veamos…
Cuándo NO hay que tirar la toalla
Tras el primer fallo. Cuando se persigue un objetivo que vale la pena (y más aún si éste es difícil de lograr), has de contar con que no va a ser un camino de rosas. Dejar de perseguirlo después de tropezar una vez o dos es un error.
Por impulso. La toalla se tira en frío y no cuando estás que hierves de la indignación o de la frustración y la impotencia. Es conveniente esperar a que se pase la ofuscación.
Por “consejo” de otros. Si es tu objetivo, es a ti a quien te concierne decidir sobre él, aceptando opiniones cualificadas; bien, pero sin presiones.
Si no hay una alternativa mejor. Éste es uno de los puntos más importantes a la hora de decidir si tirar o no la toalla: ¿Hay otras opciones?
En caso de que haya otras opciones, abandonar un objetivo para perseguir otro mejor es una decisión muy inteligente. Ahí es cuando la retirada a tiempo se convierte en victoria.
Pero ahora, démosle la vuelta…
¿Cuándo tirar la toalla?
Cuando hay oportunidades o alternativas mejores, como hemos dicho.
Cuando estás perdiendo algo de muchísimo valor que difícilmente vas a recuperar. No se trata sólo de dinero. Igual o más importantes son tu salud y las relaciones con tus seres queridos.
Cuando te sientes tremendamente infeliz y fantaseas continuamente con algo distinto.
Ciertamente, no compensa obsesionarse con un objetivo concreto, cuando pueden estar pasando de largo oportunidades que sí merece la pena aprovechar.
Tirar la toalla no es algo sólo propio de los pesimistas, sino de los que buscan algo mejor en su vida.
¿Una conclusión? Si el objetivo merece la pena, si no hay una alternativa mejor y lo único que se necesita para continuar son dosis de paciencia, esperanza y energía, no es hora aún de rendirse.
Es mejor tirar la toalla con algo bueno en perspectiva, ¿no crees?
http://tusbuenosmomentos.com/2011/06/cuando-tirar-la-toalla/