Hablamos de “no negociables” refiriéndonos a esas decisiones que tomas libremente para defender tus valores, prioridades, objetivos, necesidades… En definitiva, aquello a lo que no estás dispuesto a renunciar.
Dichas decisiones representan un compromiso con contigo mismo que estás decidido a respetar.
¿Y es que hay algo tan importante digno de esa firmeza y constancia?
Lo hay. Hay un vasto terreno donde ser flexible y una pequeña frontera que es sano que permanezca inamovible. Sano, porque preserva lo que consideras valioso en tu vida, manteniéndolo fuera del alcance de quien lo pretenda cambiar o controlar.
En la categoría de lo “no negociable”, por tanto, entran tanto grandes pilares de tu identidad (vida espiritual, principios éticos, convicciones políticas, etc.) como hábitos cotidianos (reservar tiempo para ti mismo, llevar una alimentación determinada, vestir con tu estilo, etc.).
A ti, exclusivamente, te corresponde hacer este ejercicio de autoafirmación: elegir, respetar y proteger lo valioso, lo que te hace único.
Seguro que ya lo has hecho. Tú y yo tenemos nuestros “no negociables” aunque sean distintos.
Te cuento uno de los míos: Me gusta tomar por mí misma esas decisiones importantes para mi futuro; sin nadie que me esté presionando y, mucho menos, que las tome por mí.
Hablando de esto, me estoy acordando de Alaska cantando “A quién le importa“. Una canción famosísima que ilustra el asunto autoafirmación y lo “no negociable”. Prácticamente, un himno.
http://tusbuenosmomentos.com/2012/06/cosas-no-negociables/