Una de las dificultades en percibir nuestros dones es que no los valoramos porque son cosas que hacemos fácilmente, casi sin darnos cuenta o sin darle importancia.
Al contrario, solemos llevar la atención preferentemente a los puntos donde tenemos dificultades, como si nos gustara sufrir, y de esta manera, olvidando nuestros dones, parece que toda nuestra vida se convierte en una gran dificultad.
A la misma vez, percibimos los dones de las personas que están a nuestro alrededor y nos parece que son mejores que nosotros, que sus vidas son más fáciles y dichosas o que tienen más suerte.
Así que explora tus propios dones y explótalos para tu bien.