Lo primero que debe entenderse es que tu eres lo que piensas de los demás. Tus deseos, tus propias ambiciones te dan el modelo. Si persigues el dinero crees que los demás van en pos del dinero.
Tu deseo interior es el lenguaje de tu entendimiento. Los políticos siempre piensan en términos de complots, conspiraciones: Alguien me va a suplantar, alguien desea librarse de mí... Porque esto es lo que ellos han hecho, esto es lo que han estado haciendo durante toda su vida, conspirando. Los políticos son conspiradores. Ese es su lenguaje. Y tú miras a los demás a través de tu mente, proyectas en los demás.
Sólo puedes hallar lo que eres. Siempre te descubres a ti mismo en los demás, porque ellos actúan como espejos.
Escuchando a Buda, o a Jesús o a Zarathustra, siempre se te ha dicho: Abandona el deseo y la dicha será tuya. Pero no puedes dejarlo, no puedes comprender cómo puede ser tuya la dicha cuando abandones el deseo, porque sólo has probado el deseo. Puede que sea venenoso, pero ha sido tu única comida. Has estado bebiendo de fuentes emponzoñadas, y cuando alguien te dice,"abandónalo", te asustas y crees que morirás de sed. No puedes saber que existen fuentes puras, claras y no sabes que hay árboles de frutos exquisitos. Ves sólo a través de tu deseo, por eso no puedes ver esos frutos y esos árboles.
Ramakrishna solía decir: "Hay gente que no puede ver nada más que el objeto de su codicia". Siempre en todo momento, sólo entra lo que tus deseos permiten. Tus deseos son como un vigía a la puerta de tu ser, Permiten entrar sólo lo que les atrae.
El sendero está ahí. No tienes que hacer nada. Simplemente sigues por la pista, vas trazando círculos: los mismos deseos, los mismos afanes, las mismas ambiciones. Con razón vives angustiado, vives en una pesadilla.
Deja que tu ser interior se haga oír, deja que el fénix interno se haga valer. Escúchalo, es todavía una vocecita. Tienes que tranquilizarte, sólo entonces serás capaz de escuchar.
Siempre que uno comienza a meditar, la mente se hace rebelde. Crea todo tipo de discusiones. ¿Qué estás haciendo, por qué estás perdiendo tu tiempo? Úsalo. Puedes alcanzar tanto en ese tiempo. Este deseo ha estado esperando ahí durante tanto tiempo para ser colmado y ahora estás desperdiciando el tiempo meditando. Olvídalo. Los que dicen que la meditación es posible te están engañando. Cree en la mente, dice la mente. Crea toda clase de dudas sobre todos, pero nunca crea dudas sobre sí misma.
Oí de un hombre que hablaba a su niño. El chico había escrito una carta como parte de sus deberes y se la estaba enseñando a su padre. Había tantas faltas de ortografía como palabras, incluso más. Por eso el padre le dijo. "Tu ortografía es terrible. ¿Por qué no miras en el diccionario? Cuando sientas la duda, mira en el diccionario".
El chico contestó: "Pero papá, yo nunca tengo dudas”.
Esto es lo que tu mente hace. La mente nunca duda de sí misma, este es el problema. Duda de todo el mundo, dudará incluso de un Buda. Incluso si Krishna llamase a su puerta, dudaría; si Jesús viniese, dudaría. Siempre ha sido así, lo has estado haciendo desde siempre.
Dudas de todos, pero nunca dudas de ti mismo, porque una vez que la mente comienza a dudar de sí misma ha empezado ya a desaparecer. Una vez que la duda surge sobre sí misma, la base se ha roto, la mente ha perdido su confianza. Una vez que comienzas a dudar de la mente, antes o después caerás en el abismo de la meditación.
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