Parejas –quienes aun amándose- actuando irascibles, indispuestos, contradiciéndose, compitiendo por todo y justificando sus actitudes siempre en busca de un responsable: su pareja, me parece absolutamente ilógico.
Y es que… Si tuvieron meses o años de novios para conocerse, años conviviendo juntos, construyeron familias, lo cual indica que se amaban …¿Dónde está el Problema?
Pienso que en mucho el problema surgió el en proceso formativo. Quienes les formaron se esmeraron en hacer de ellos buenos estudiantes, brillantes profesionales para ascender a buenos cargos y generar riquezas, para luego hacer familia.
Nadie les habló de que la familia comienza con la pareja; que es allí, en el comportamiento de pareja donde se moldea la familia. Nadie les dijo que respeto, amor, consideración, aceptación y reconocimiento, reforzados diariamente con el trato generoso, afable, conforman posibilidad real de ese milagro que representa la pareja bien avenida: EL ACOPLAMIENTO FISICO-ESPIRITUAL, cual por cierto es el que le da vigencia en el tiempo.
Posiblemente nadie les ilustró sobre que el amor es la aventura más hermosa que existe, que es la piedra angular que soporta la pareja, pero como todo lo bueno sobre esta tierra de Dios, requiere mantenimiento. Es como una bella plantita que nos da flores y perfume, pero tenemos que cuidarla, regarla, alimentarla y hablarle con amor. Tiene una característica muy especial: EN LA PAREJA INTEGRALMENTE EL AMOR NO MUERE… NUNCA MUERE.
Cuando alguna de las partes no le alimenta, cuida, acaricia, reconoce su importancia, entonces se pone como los osos en estado de hibernación: en su mínimo consumo de energía, duerme pero no muere. Allí permanece dormido hasta que alguien se acerca, la riega, la alimenta, la acaricia y entonces despierta… el amor, tan fuerte o más que nunca; y eso tiene una razón más allá de nuestra propia conciencia: DIOS ES AMOR Y DIOS NUNCA MUERE.
Existen otros factores sin los cuales el amor no sabe darse integralmente; como el respeto, que es esa línea invisible entre ambos que sabemos que está ahí, que nadie la ve pero percibimos cuando siquiera lo rozamos.
Asimismo, la aceptación, el reconocimiento, la consideración y la comunicación, son esos anclajes laterales sin los cuales reforzados diariamente con el trato generoso y afable, la pareja no puede mantenerse en su esencia: FELIZ.
Si amamos de verdad… ¿Qué importa un disgusto, una palabra infortunada o un gesto fuera de lugar, cuando se ha actuado todo lo contrario por tanto tiempo?
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