En este tipo de meditación, se dan varios ejercicios de relax y concentración en uno mismo. Así que si en este ejercicio de meditación encuentras paz en todos los sentidos tanto interna como externa, entonces puedes decir que tu tiempo ha sido un éxito. Recuerda que cualquier punto que consigas en la vida, para ti, tu felicidad y tu comprensión es lo que has ganado para siempre y ya nadie te lo quita.
1º Siéntate o acuéstate cómodamente. Has tres o varias respiraciones largas, profundas, lentas y suave, siempre por la nariz. Puedes hacer el ejercicio con los ojos abiertos o cerrados.
2º Después de unas cuantas respiraciones profundiza uno poco más escuchando el sonido de tu respiración.
3º Profundizando un poco más: Medita y céntrate el frío y en el calor de tu respiración. Al entrar el aire, lo sientes fresco, al salir el aire lo sientes caliente.
4º Profundiza más: Si puedes y la postura te lo permite, tápate con los dedos pulgares los oídos y escúchate tu propia respiración.
5º Visualízate que estás sentado a la orilla de una playa escuchando el sonido de las olas que vienen y van. Cuando las olas vienen es similar al sonido de tu respiración cuando inhalas el aire. Cuando las olas se retiran, es similar al sonido de tu respiración cuando exhalas sumado al mismo tiempo al sonido de cuando las olas al retirarse arrastran piedras y piedrecillas. Escucha por favor en tu interior el sonido de tu respiración. Son como las olas del mar en su orilla de playa.
6º Profundizando uno poco más: A partir de este momento puedes hacer que tu respiración hable y ese hablar hacerte entrar en una conciencia muy, muy, muy profunda. Esto de hacer hablar a tu respiración, solamente sirve para conectar con tu conciencia interna, con tu Cristo Interno, con tu alma o con DIOS. (Exprésalo como quieras)
7º Si no has perdido conciencia de ti y de cuanto te rodea. Puedes profundizar uno poco más: Relaja ahora en estos momentos tu respiración y deja que tu respiración sea y fluya libremente. Ahora céntrate sin poner en tensión tu mente o tu cerebro ni tu frente. Céntrate en los latidos de tu corazón, en el maravilloso latir de tu corazón. Pasado unos segundos lleva tu atención a tus sienes o a tus labios o a tus ojos o a las yemas de los dedos de las manos y siente en algunas de esas zonas los suaves latidos del corazón. (ojo que acá se mueven muchísimas energías) ¿Qué puede pasarte en este estado? Puedes entrar un profundo sentimiento. Así cualquier cosa de estas te sucede, déjate llevar y finalmente termina tu meditación.
8º Olvídate de la respiración y escucha el sonido de tu interior. El sonido interno que sería el sonido del silencio, el sonido del principio o el sonido de la creación.
A partir de ahí si sabes decretar, orar, hacer afirmaciones o recitar potentes mantras puedes hacer verdaderos milagros y hazañas en tu vida en el planeta y en tu mundo.
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