Sabemos que existe una total correlación entre los pensamientos-sentimientos que hemos tenido respecto al dinero y lo que ocurre con nuestras finanzas HOY, en este momento en nuestra vida.
El dinero es una energía y como tal puede ser positiva ó negativa. Hay una íntima relación entre cómo nos sentimos en relación a nuestra economía y lo que estamos logrando en este momento en ése área, sentirnos bien ahora tiene una energía alta, de abundancia tanto en el amor como en lo económico. Sentirnos mal tiene una energía baja y habla de una sensación de carencia ó escasez en cualquiera de las dos áreas.
Pero, ¿cómo podemos sentirnos bien si AHORA justamente no estamos pasando por un buen momento?
Ese es justamente el desafío del nuevo paradigma de la ciencia: creer para ver y no esperar a que el “afuera” cambie para sentirnos bien, sino generarlo desde nosotros mismos.
Cuando valoramos-apreciamos todo lo que tenemos ó todo lo positivo que hay en nuestra vida, eso aumenta nuestra confianza, nuestra energía y nos ubica en un lugar de merecimiento. Tener ó no tener está relacionado con lo que creemos que merecemos y por lo tanto con si estamos abiertos a recibir.
Si aprendemos a querernos, a valorarnos, a aceptarnos esto nos hará sentir merecedores y no habrá en nuestra mente ningún pensamiento de carencia que obstaculice el acto de recibir. Pero si no estamos bien con nosotros mismos, nos juzgamos, nos criticamos, sentimos culpa, etc; sepamos que todos estos sentimientos nos ubican del lado de la escasez en cualquier área de la vida.
El vacío interior que uno puede sentir nunca podrá llenarse con “cosas. Si “nos sentimos mal y queremos lograr aquello”: no estamos sintonizados. Si sentimos que necesitamos dinero porque “no nos alcanza”, ó porque “no nos pagan lo suficiente”, ó porque…etc, tampoco estamos sintonizados, sino alejados de las posibilidades, puesto que nuestra vibración es de malestar ó negativa.
La acción más importante que podemos realizar para TENER es buscar el modo de SER plenos hoy. O lo que es lo mismo, proporcionarnos la propia felicidad desde una nueva perspectiva: valorando lo que ahora “tenemos”.
Será entonces necesario sentirse próspero primero para que la prosperidad llegue. Merecer para estar abiertos a recibir.
Tomemos entonces consciencia de todo lo que puede estar haciéndonos sentir mal, respecto del dinero. Todas las acciones que están escritas a continuación nos llevan a un polo negativo.
El acto de criticar a los que tienen más, ó compadecerse de los que no tienen lo suficiente…
Envidiar al que tiene más, al que puede por ejemplo realizar un viaje, ó comprarse algo importante, como un auto ó una casa, ó al que gana mucho más…
Juzgar al que tiene más por la razón que fuere, ya sea porque no es solidario; ó al que tiene menos pensando que “seguro no quiere trabajar” ó “no pone suficiente dedicación”, etc…
Culpar al jefe ó al gobierno porque el sueldo no es lo suficientemente bueno, ó porque el pago siempre se realiza fuera de término, etc…
Ser mezquino, no solo en el aspecto económico sino en otras áreas donde también podamos dar a otros, como por ejemplo tiempo…etc
Mentir que no tenemos para evitar que nos pidan.
Quejarnos por lo que tenemos que pagar (boletas de servicios, cuentas, etc), por los precios, por lo que ganamos, quejarnos cuando estamos haciendo un cheque…etc
Hablar permanentemente de la crisis del país, de la provincia, de lo mal que gana cierto grupo de empleados ó de lo mucho que ganan otros, con un sentimiento de negatividad.
Todas estas situaciones evidencian miedo, enojo, tristeza ó victimización y nos harán sentir mal, por lo tanto no lograremos lo que queremos.
¿Cómo podemos entonces cambiar nuestra energía?
Dejando de hacer todas las acciones anteriores, eligiendo diferente y centrándonos en todo lo próspero que tenemos ahora, desde lo más simple como por ejemplo: afectos, comida, ropa, casa, trabajo, etc.
Poner el foco de nuestra atención en todo lo que SI tenemos ahora es la clave, ya que ello nos conecta con nuestra prosperidad interna: pensar-sentir lo bueno que hay en ESTE MOMENTO en cada uno de nosotros. Este un fuerte cambio de perspectiva AHORA.
El dinero es una energía, tanto como lo es el amor, como dije al principio, por eso tiene tanta relación con lo que nosotros creemos que merecemos y con si estamos abiertos a recibir.
Hagámosnos estas preguntas:
¿Creemos que merecemos ser amados?
¿Creemos que merecemos una relación afectiva más intensa ó mejor?
¿Creemos que merecemos más de algo?
¿Creemos que merecemos un nuevo empleo con mayor ingreso?
¿Creemos que merecemos ganar más dinero?
¿Creemos que merecemos un puesto de mayor jerarquía?
Podemos “pensar” que merecemos pero si no lo creemos no lo crearemos. El pensamiento de merecimiento se tiene que acompañar con la CREENCIA de tal acto y para eso debemos SENTIR que merecemos. Para ello primero deberemos amarnos a nosotros mismos y así creernos fuertes merecedores de TODO lo que queremos recibir.
Quien se ama, está abierto a más y se siente merecedor de TODO. Quien se juzga, se culpa, se pone “último en la fila”, está cerrado y no se podrá sentirse merecedor de más.
Entonces, modifiquemos primero nuestra actitud hacia nosotros mismos, reformateando nuestros pensamientos de negatividad relacionados con la escasez, con la carencia, con lo que falta tanto respecto tanto a la economía como al amor por nosotros mismos.
Quien se ama de verdad, lo tiene todo. Todo.
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