consumir pensamientos negativos limitantes significa consumir una dosis de veneno diario, que lenta pero implacablemente comienza a afectar nuestro organismo destruyendo todo lo que encuentra a su paso. Y que no hay peor adicción emocional y física que aquella que no es reconocida. Seguramente usted se preguntará cómo hacemos para cambiar esta costumbre nociva y lo podemos enumerar en los siguientes pasos:
1. El primer paso que debe dar para poder cambiar su adicción es darse cuenta que la tiene. Es probable que cada vez que piensa de una forma limitante respecto a usted mismo o a los demás lo haga inconscientemente. Para advertir claramente el grado de dificultad tenemos que estar atentos a nuestros propios pensamientos.
2. Una vez que detectamos que nos hemos enganchado en un pensamiento que no nos ayuda en absoluto y que simplemente nos provoca una emoción limitante y nos quita energía debemos interrumpir el proceso mental que lo alimenta.
3. Tenemos que hacernos dueños de nuestros pensamientos. Si, aunque le parezca extraño la mayoría de las personas dejamos liberada nuestra mente al punto que ella puede tener vida propia sin nuestra intervención consciente. Al advertir un pensamiento limitante debemos decirnos mentalmente ¡basta, quiero enfocar mi atención en otra cosa! Por lo menos tres veces seguidas, con una actitud imperativa y una tonalidad de seguridad.
4. Cortar el proceso mental, que seguramente viene haciendo desde hace mucho tiempo, no es suficiente, ya que su cerebro está acostumbrado a esas viejas conexiones neuronales que han repetido los efectos electroquímicos desde hace años. Una vez detectado el pensamiento (lo hacemos consciente) y de haber ordenado detenerse al mismo debemos cambiar inmediatamente el foco de nuestra atención.
5. A partir de aquí debemos hacernos una pregunta. Por ejemplo podría ser ¿qué tengo que agradecer en mi vida? o ¿cuáles han sido los mejores momentos vividos en mi vida? Las nuevas preguntas que nos hagamos nos llevarán necesariamente a poner el foco en aspectos positivos o potenciadores de nuestra vida.
6. Para poder definitivamente cambiar el foco y completar el proceso de cambio mental e interrupción de la adicción a los químicos indeseados también cambie sus patrones de conducta. Una forma eficiente es dejar de hacer lo que está haciendo en el momento que piensa en forma limitante.
Veamos un ejemplo
Usted llega a su casa luego de un día de trabajo. Advierte que hay mucho silencio y que todo parece estar muy quieto. Lo que sucede es que sus hijos ya no viven con usted. Casi sin darse cuenta comienza a sentir una sensación desagradable en su pecho y una emoción de soledad comienza a invadirla. Se pregunta ¿cómo será mi vida ahora? y sin dudas comenzará a zambullirse en un dialogo interno limitante. Lo primero que tiene que darse cuenta es que no le hará ningún bien seguir con ese dialogo interno. Lo detiene al instante. Se dice cancelado tres veces e inmediatamente comienza a agradecer todo lo que realmente tienen en su vida. Hay millones de cosas para agradecer. Si al llegar a su casa había encendido la TV o había seleccionado alguna música para escuchar, cambie el patrón de conducta en ese momento. Mientras agradece a la vida apague la TV y ponga a todo volumen música alegre, llame a una amiga con la que hace mucho tiempo que no habla o, una vez cambiado el patrón de conducta y pensamiento, llame a sus hijos para decirle lo bien que está. Verá cómo cambia su estado interior y si comienza a sistematizar este ejercicio usted podrá contar con una nueva forma de pensar y sentir, una en la que usted es la protagonista y que maneja bajo su responsabilidad.
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