Aprender a amarnos a nosotros mismos debería ser una prioridad antes de iniciar una relación. De ello depende nuestro éxito para lograr un amor duradero.
Todos tenemos muy latente la necesidad de amar y ser amados. Llega un momento en nuestras vidas cuando deseamos compartir con alguien más que nos complemente como persona.
Algunas personas nacen con una intuición casi innata para atraer al ser amado. Otras no cuentan con la misma suerte. En el mundo moderno hay muchos factores que inciden en el éxito para encontrar la pareja ideal como lo son el aspecto físico, capacidad económica para sustentar a una familia, etc. Pero esos aspectos son considerados secundarios y no deberían ser prioridad a la hora de conseguir amor verdadero, si es eso lo que se busca.
De una simple aventura a algo más serio
Las relaciones genuinas, la mayoría de las veces, comienzan con una atracción física mutua o por parte de uno de los interesados que luego se convierte en algo más significativo. Todos interactuamos con personas del sexo opuesto en nuestras vidas cotidianas y nos cruzamos muy a menudo con posibles amantes. Conocer gente a la que nos sentimos atraídos es fácil; y en muchas ocasiones podemos ser correspondidos, pero el problema para muchos yace en hacer la transición de una aventura a algo más serio.
Muchas personas, por miedo a la intimidad o a ser heridas emocionalmente, están condicionadas inconscientemente para sabotear posibles relaciones, ya que éstas ofrecen la posibilidad de experimentar dichos episodios. Son mecanismos de defensa que adquirimos a través de nuestras experiencias emocionales a lo largo de nuestras vidas.
Existen muchos libros de autoayuda en el mercado que abarcan este tema. Todos concuerdan que el primer paso es reconocer el problema y hacerse responsable de él, no esquivarlo culpando al sexo opuesto.
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