1. Automotivación
La palabra motivación viene de mover, moverse hacia... A lo largo de nuestra vida nos movemos sin parar de un lugar a otro. En muchas ocasiones lo hacemos de forma inconsciente, si preguntarnos cómo vamos hacia allí, incluso a veces ni nos cuestionamos el por qué. Otras veces el Qué, Cómo y el Por qué lo hacemos aparecen en nosotros de forma consciente. Esto ocurre porque no nos sentimos demasiado motivados.
La mayoría de personas que trabajan no están muy contentas con su puesto de trabajo, ya sea el clima laboral, el jefe, las tareas, su actitud...Son infinitas las causas que pueden haber para que un trabajador no lo esté. Es cierto que los jefes tienen un gran papel por desarrollar respecto al tema, no obstante, somos nosotros quienes nos podemos motivar, es decir, automotivarnos por lo que hacemos, cómo lo hacemos y por qué lo hacemos.
Con los ejercicios que a continuación presento pretendo que cada uno de nosotros aprenda a motivarse, sacando mayor partido y optimizando todo aquello que hacemos y cómo lo hacemos.
Con la siguiente dinámica pretendo que te des cuenta de cómo aprovechas tu vida, tanto laboral como personalmente. Cuando alguien nos pronostica una enfermedad parece como que hemos desperdiciado parte del tiempo vivido, entonces es cuando decides recuperar todo eso que no hiciste en esos días. Lo que puedo decirte es que "haz todo aquello que puedas", el tiempo no se recupera, una vez que se ha ido no vuelve.
Imagínate que viene un médico y te dice que te queda un mes de vida ¿qué pensarías, qué harías, cambiaría algo en tu forma de pensar?, ¿ser?, ¿hacer?, ¿vivir? ¿El qué?, ¿cómo?, ¿por qué?.
Es importante saber cómo empiezas el día y cómo lo acabas y por supuesto cómo lo desarrollas a lo largo de las horas. Una vez que conoces cómo funcionas podrás decidir si te gusta esta forma de actuar o podrías mejorarla para sentirte bien contigo mismo. Cuando comenzamos y desarrollamos actividades que nos gustan todo fluye de forma más tranquila, lo cual nos hace sentirnos bien, así que si dedicas el comienzo del día a hacer algo que te motiva todo funcionará mucho mejor, por ejemplo, un buen desayuno, una ducha, un paseo, gimnasio, escuchar la radio, leer la prensa, una buena conversación. Tú eliges qué hacer, cómo hacerlo, cómo te sientes y por qué lo haces. Empezar el día bien te ayudará a avanzar de forma positiva y realizar mejor tu trabajo.
¿Cómo comienzas el día?, ¿Cómo lo acabas?, ¿te gusta hacerlo así? ¿Dedicas algún minuto del día para ti, para tus cosas, para tus pensamientos...?
Es muy fácil hacer lo que a uno le gusta, a veces no sabemos de dónde sacamos las fuerzas para lograrlo. En realidad todo viene por el apasionamiento que tenemos para hacer y conseguir aquello que buscamos. El quererlo de verdad es lo que nos empuja a conseguirlo. Nuestra motivación puede variar, ya sea por logro, por afiliación o por posicionamiento o incluso las tres a la vez. Estas son las razones por las que nos entusiasmamos por las cosas. En cambio cuando alguien nos dice que hagamos algo que no nos gusta ¿Qué hacemos?, ¿Qué sentimos?, ¿Cómo lo hacemos?, ¿Cómo nos sentimos?, ¿Por qué lo hacemos?, nuestra desmotivación es total y por tanto los resultados no son tan buenos como podrían serlo.
Piensa en un deseo ya cumplido, qué hiciste; cómo lo hiciste, cómo te sentiste y por qué lo hiciste (cuál fue tu motivación).
Ahora piensa en otro para el futuro, qué puedes hacer, qué te motiva a conseguirlo; cómo lo puedes conseguir, cómo te puedes sentir; por qué lo vas a intentar, por qué lo vas a lograr.
Intenta pensar en algo que no te gusta nada realizar en el trabajo, imagínate que llega tu jefe y te dice que tienes que hacer una tarea determinada que a ti no te gusta nada ¿cuál es tu actitud?, ¿qué haces?, ¿qué siente?, ¿cómo lo haces?, ¿por qué lo haces?
Ahora intenta motivarte igual que lo hiciste en el primer ejercicio. Recuerda, siempre hay algo por lo que motivarse.
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