A todos nosotros nos encantaría tener poder personal, el poder para manifestar nuestros sueños, el poder de mantenernos calmados y cariñosos cuando tenemos miedo, el poder para permanecer centrado en nosotros mismo cuando tenemos algún ataque de rabia.
La sociedad a menudo confunde poder personal, el “poder interior” con el “poder sobre”, o sea el control sobre las demás personas. Hay una gran diferencia entre ese poder y el control personal.
El pode personal proviene de tu interior, de tu seguridad como persona, de saber quien eres, porque has definido tu propio valor intrínseco. Es el poder que fluye a través de ti cuando estas conectado y puedes sentir tu unidad con la fuente espiritual de la orientación. Es el poder que resulta del trabajo final emocional más profundo y espiritual interno para curar tus temores y falsas creencias que has adquirido en tu infancia.
Si no comienzas con este trabajo para que sanes tus creencias que crean tus limitaciones, te sentirás atrapado en tu ego, tu yo herido. La base del ego es el deseo del control, para tener como resultado el poder sobre los demás.
Nuestro ego, es el yo que creamos para tratar de tener control para conseguir el amor, evitar el dolor y la sensación de seguridad. Cuando creamos nuestro yo, es para protegernos de las pérdidas que nos produce el miedo, la pérdida de uno mismo, de otras personas, de nuestra seguridad y sobre todo la pérdida de nuestra identidad. Es como cuando éramos niños que no conseguíamos el amor que necesitábamos, entonces decidíamos que nuestro deber era ser personas dignas de ser amadas. Esto lo hacíamos en un intento de sentirnos seguros, enterrando nuestro verdadero yo y de esta manera creábamos un falso yo, nuestro yo herido y nuestro ego se fue luego de que aprendió a sentirse seguro al tratar de controlar a los demás. El ego cree que tener control sobre cómo nos ve la gente como el resultado sobre las cosas, nos dará la seguridad que tanto buscamos.
Cuando logramos tener cierto control a través de la ira, la crítica, o el dinero, esto nunca nos dará ese poder personal que tanto buscamos. Esto nunca nos llenara de paz, de alegría ni de seguridad. Este control solo puede dar una sensación momentánea de seguridad, pero nunca te dará el sentido profundo que te puede brindar la verdadera seguridad que proviene de tu valor intrínseco, el verdadero valor de tu alma.
Si esa seguridad proviene de factores externos que son temporales como el dinero, tu rendimiento, tu poder sobre los demás, esto te producirá solamente ansiedad. Te sientes angustiado cuando solo le das valor a las cosas temporales y no a las cualidades de la vida que son eternas, como cuidar a las personas que queremos, tener compasión y bondad en nuestro interior.
Te voy a dar un ejemplo de lo que te estoy tratando de explicar, Miguel Ángel es un hombre que tiene mucho poder sobre las personas, pero no tiene poder personal. Él es el presidente de una empresa de inversiones, ha hecho que millones de personas ganen mucho dinero. Tiene una hermosa esposa, tres hijos adultos y dos casas hermosas, pero sin embargo, Miguel Ángel siente mucha ansiedad, él vive preocupado porque piensa que puede perder toda su fortuna. Cuando la gente no hace lo que él quiere o no se comportan de la manera que él quiere, rápidamente entra en ira, y esto se debe a que su corazón no está abierto a los sentimientos verdaderos de su yo interior, sino que es una persona solitaria a pesar de todos los bienes materiales que tiene en su poder.
Miguel Ángel cree si sus actitudes están fuera de su ego, que con el control de su ira y con el dinero que posee, tendrá la felicidad y la seguridad que busca, pero sin embargo, no ha logrado todo lo que creía que era la felicidad y la seguridad, ya que todo el tiempo siente ansiedad y soledad. Él esta vacio por dentro, no tiene el sentido de su verdadero yo, no tiene el sentido de la belleza, de la capacidad de amar y del valor intrínseco de su alma. Su vida se basa en los factores externos en lugar de tener valores espirituales como el amor, la compasión, la honestidad y la bondad.
El poder personal proviene de abrazar los valores espirituales y no solamente los valores terrenales. Debemos tratarnos con amor, con bondad y compasión, sobre todo hacia nosotros mismos y a las demás personas, todos estos sentimientos son mucho más importantes que tratar de dominar a los otros. Tratemos de hacer un trabajo interno para que el alma tenga el dominio sobre nuestro cuerpo, en lugar de permitir que los instintos de lucha o de huida nos maneje, esto es tener domino sobre las opciones que tenemos en la vida. Cuando el alma tiene poder sobre el cuerpo, puede manifestar sus sueños, para que permanezcan centrados en el ámbito del amor. Cuando el alma domina al cuerpo, tiene un enorme poder personal.
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