La motivación es una cosa compleja pero divertida. Lo que motiva a una persona es siempre diferente a la de otra persona, a pesar de que estén trabajando para la misma cosa. Mientras la gente puede motivar a otras, esto tiene una limitación. Al final del día, todavía tienes que encontrar la forma para comenzar tu movimiento. Pero cuando todo parece sombrío y todo lo que quieres es rendirte, ¿de dónde sacar la fuerza de voluntad para seguir adelante?
Comienza por ganar la batalla en tu cabeza.
La batalla comienza siempre por la cabeza de cada persona. Una parte de tu cerebro dice cuando moverse y luchar por lo que estás trabajando. La otra parte te dice tonterías. Siempre es más fácil escuchar a esta última, porque es más cómodo y más fácil de hacer. Estas antiguas fuerzas actúan. Todas las cosas son iguales, la gente siempre elige la menos conveniente, la salida fácil. Pero esto no siempre es la mejor opción. De hecho, nunca es una buena opción.
Lo que separa a la gente eficaz de aquella que no lo es, es su capacidad de tomar siempre las decisiones correctas la mayoría del tiempo, incluso si estas opciones son las difíciles de realizar. Ellos saben cómo funciona este juego y tratan de superarse cada vez más. Agotador, si, pero también es gratificante. Siempre hay un sentimiento de gran satisfacción en la derrota de tu peor enemigo, tú mismo.
Pero, ¿Cómo ganar la batalla que tiene lugar dentro de tu cabeza?
Entiende a tus pensamientos, como afectan a tus emociones y a tu fuerza de voluntad. Los pensamientos negativos pueden fácilmente matar cualquier tipo de propósito. Tienen diferente formas, como por ejemplo, la falta de confianza en ti mismo, la negatividad, la desconfianza en los demás, la dilación y la lista es grande.
Cada uno de estos aspectos negativos va a tener poder para convencerte de tirar la toalla y aceptar que no puedes seguir adelante. La identificación de cada uno de tus pensamientos negativos, es el primer paso para recuperarte de esa actitud derrotista.
No es simple hazaña, se necesita tiempo antes de que uno pueda cerrar esa voz en la cabeza que dice “date por vencido, cede.” A veces, cuando has tenido éxito en neutralizar tus pensamientos negativos, es fácil renunciar a la primera señal de badén. Después de todo, te da tiempo para descansar de la interminable lucha para lograr lo que sea que estas realizando, aunque sea tu peor momento.
No creo que sea así, ese corto periodo de descanso pueden ser días, semanas, meses, años, en última instancia, te paraliza para actuar y vivir una vida plena. Esa es la característica del desaliento. Te ofrece una gratificación inmediata sin obtener nada a cambio.
Intenta ganar impulso positivo cada vez que te sucumba una nueva actitud desmoralizadora. Cada vez que sientas esa negatividad significa que tienes que comenzar la batalla dentro de tu cabeza.
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