El cambio está dentro de ti.
Los cambios externos, nos pueden ayudar, pero el verdadero cambio proviene de tu interior.
Si no somos felices, lo achacamos a condiciones exteriores. Si anhelamos un cambio, pensamos que yendo de viaje, reformando la casa o cambiando de coche, todo irá mejor.
Entonces lo hacemos. Cambiamos todas esas cosas para ser más felices.
En el proceso de ese cambio externo, nuestra infelicidad sigue latente, y las preocupaciones y enfados siguen apareciendo en ocasiones, sin motivo aparente.
Cuando por fin, tenemos lo que deseamos, nos sentimos aliviados y pensamos: “Bien. Por fin, seré feliz”.
Pero los días pasan, la novedad de ese cambio termina por aburrirnos, se convierte en rutina y ya no le prestamos atención.
Nuestra mente sigue ansiosa y preocupada por cualquier acontecimiento.
Los problemas siguen ahí. El cambio que tanto pedimos no se ha producido, y nos frustramos y nos enfadamos por ello.
Le volvemos a echar la culpa al exterior, a otras personas, a las situaciones de la vida cotidiana… Y buscamos otras cosas, entornos, incluso personas que cambiar.
El círculo se cierra. Todo comienza de nuevo.
Pero hay una forma de abrir el círculo, de romper ese hábito poco saludable que hemos generado. Y es siendo conscientes de que nosotros somos el cambio que necesitamos.
Cierra los ojos y respira profundamente tres veces.
Visualiza un círculo.
Imagina que en cada parte del círculo, hay una circunstancia, objeto o persona con la que hemos estado o estamos a disgusto.
Recuerda que hiciste en cada momento para cambiar, y conseguir ser más feliz.
Tal vez hiciste un largo viaje, que luego no salió como pensabas; o te compraste un coche nuevo, que al tiempo solo te causó “problemas”; o terminaste con una relación sentimental porque él o ella no te entendía.
Respira tranquila y largamente una vez.
Observa como poco a poco, esas circunstancias, objetos o personas, se van transformando en ti.
Imagina como uno de ellos, tiene una gran goma de borrar, y borra una parte del círculo.
El círculo se va transformando en una línea de la que cuelgan todos tus yoes.
Uno a uno, van cayendo y desapareciendo.
Al final, solo queda el que tiene la goma de borrar.
Éste, ya solo, se pone encima de la línea y comienza a saltar.
La línea se va hundiendo por el centro, hasta que se convierte en una “U”.
Tú sigues dentro de la “U”.
Te tumbas en ella.
Imagina que la “U” comienza a mecerse, mientras que tú yaces relajado dentro.
Disfruta del balanceo y de la tranquilidad del momento y repite:
- El cambio está dentro de mí. Yo puedo cambiar mi mente. Sé que cuando lo haga, las circunstancias externas se adaptarán a mi felicidad. Confío en ello.
La “U” vuelve a transformarse en una línea, y tú sigues tumbado y tranquilo en ella.
Respira profundamente.
Abre los ojos.
El cambio está dentro de ti.
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