A lo largo de nuestra infancia hemos adoptado e internalizado una serie de creencias, algunas buenas, otras no tan buenas, y otras quizás, destructivas. Todos tenemos creencias. Si hay una cosa que puede ser generalizada como una verdad universal, es que todo el mundo tiene un conjunto de creencias y suposiciones. Estas creencias y suposiciones arraigadas dentro de nosotros conforman un vínculo casi irrompible. Defendemos estas creencias con tenacidad y vigor. Estas creencias se han vuelto tan arraigadas en cada célula de nuestro cuerpo que afectan a cada aspecto de nuestras vidas, nuestras relaciones, nuestra salud, nuestra posición financiera, nuestra propia imagen y así sucesivamente. Algunas de estas creencias se han instalado en nosotros por los demás, otras nos las instalamos a través de nuestra percepción de la realidad, de nuestras experiencias. El asunto es que para que un hecho se convierta en una creencia tenemos que aceptarlo. De donde provienen nuestras creencias, aunque interesante, no es importante en última instancia.
Lo importante es que estas creencias son verdaderas … para nosotros. Si creemos que la vida es una lucha, es porque la vida es una lucha, si creemos que el dinero es difícil de conseguir, es porque el dinero es difícil de conseguir, si creemos que no somos dignos, es porque no somos dignos , si creemos que la felicidad está a la vuelta de la esquina, entonces la felicidad siempre estará a la vuelta de la esquina.
Cuando tienes una creencia, esa creencia se escribe a fuego y vas a reunir pruebas para apoyarla en todo momento. Si tu creencia es que no estás destinado a tener las cosas buenas de la vida y que cada euro que ganes será a través del sudor de tu frente, entonces sin duda encontrarás una fuente inagotable de ejemplos para probar tu teoría, fortaleciendo aún más su creencia. Por otro lado, si tu creencia es que el dinero viene a ti fácilmente y sin esfuerzo, a continuación, encontrarás evidencias para apoyar esa teoría. Es una cuestión de enfoque, de dónde pones tu atención (sobre todo a nivel inconsciente). Los seres humanos somos criaturas de la eliminación, prestamos atención en donde estamos enfocados y eliminamos el resto. Como resultado, se deduce que no puedes cambiar tu enfoque sin cambiar tus creencias.
Nuestras creencias limitantes son a veces bastante obvias para nosotros. Pero en general, y al igual que un iceberg, las creencias conscientes son apenas la punta del iceberg. La mayoría de nuestras creencias están por debajo de la superficie, fuera de nuestra conciencia cotidiana. Para avanzar hay que tomar conciencia de tus propias creencias limitantes como están causando un constante sabotaje en tu progreso.
La búsqueda de esas creencias limitantes “debajo de la superficie” puede ser un proceso difícil ya que suelen ser estar bien vigiladas por tu mente inconsciente, que está bastante bien entrenada para mantenerte en tu zona de confort. Sin embargo, para progresar más allá de lo que bloquea el progreso tienes que dejar la zona de confort y un primer paso para hacer esto es tomar conciencia de tus creencias limitantes.
Una manera de identificar tus creencias limitantes es pensar en un área o una meta en la que estás teniendo dificultades en lograr. Puede ser la pérdida de peso, dejar de fumar o de una perspectiva de negocio, alcanzar tu cuota de ventas del departamento o el logro de tu presupuesto de manera consistente. Avanzas sólo para caer en viejos hábitos o perder las ganancias que se han hecho a lo largo del camino. Es más que probable, que en algún lugar profundo en tu interior hay una creencia limitante que debe ser abordada antes de que puedas ver una mejora sostenible y tu éxito final. Por ejemplo: supongamos que tienes una meta para convertirte en el mejor vendedor de la empresa, pero en el fondo tienes una creencia limitante que ” no eres capaz o lo suficientemente inteligente,” ¿Qué posibilidades tienes de lograr tu meta? No muchas, la verdad. Antes de siquiera pensar en lograr tu meta, debes hacer frente a la creencia limitante.
Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes estás en lo cierto.
Es importante tener en cuenta que todas las creencias limitantes son, de hecho, decisiones limitadas que hemos hecho temprano en la vida. Algo pasó, hemos observado algo, o algo que nos dijeron y le dimos un significado, lo aceptamos y decidimos que era verdad. A partir de ahí se convirteron en una creencia, porque hemos decidido que era verdad … la vida es dura … envejecer significa obtener débiles y enfermizos … el dinero es difícil de encontrar … el dinero es la raíz de todo mal … Yo no soy lo suficientemente inteligente … yo nunca llegaré a tanto … no valgo nada … la gente no me gusta … la vida es injusta … en la gente no se puede confiar, la gente es básicamente perezosa y así sucesivamente y así sucesivamente y así sucesivamente. Al darnos cuenta de que hemos decidido aceptar estas creencias somos conscientes de la causa y su efecto y nos colocamos en una posición de poder decidir o no decidir aceptar algo.
Las creencias limitantes son como las malas hierbas desatendidas que pueden asumir el control y destruir tu jardín. La única manera de salvar tu jardín es destruir de forma diligente y sin piedad a las malas hierbas, mientras que al mismo tiempo cultivas las flores de tu jardín. No puedes ser indiferente a las creencias limitantes, debes buscarlas y destruirlas completamente y sin prejuicios. Tienes el poder para lograr cosas que nunca has soñado que fueran posibles, pero para hacerlo debes cambiar tus creencias. La único sitio en que la acción precede a la creencia es en el diccionario. El punto de partida es siempre tus creencias.
Una vez que has descubierto tus creencias limitantes, debes desafiarlas y rechazarlas conscientemente en cada oportunidad. No debe haber ninguna duda en tu mente de que estás limitado en una manera o forma. Nadie es mejor que tú, ni mejor que nadie. Todos nosotros tenemos los recursos necesarios para alcanzar nuestros sueños. Elimina cualquier tipo de creencia que te indique lo contrario. Hazlo como lo harías con cualquier creencia que sabes que es falsa. Si alguien se te acerca y te dice que cree que el mundo es plano, ¿con cuánto vigor desafiarás esa creencia? La creencia de que estás limitado de alguna manera es tan ridícula como la creencia de que el mundo es plano.
Te reto de la misma manera a desafiar tus creencias limitantes ¿Aceptas el reto?
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