En nombre de Jesucristo, yo renuncio ahora, rompo y me aparto de todo sometimiento al demonio, de toda dependencia negativa de mis padres, de mi cónyuge, abuelos o cualquier otro ser humano, vivo o muerto, que en el pasado o ahora, de alguna forma me dominaron o controlaron de modo contrario a la voluntad de Dios. Agradezco, Señor Jesús, por haberme liberado. Me arrepiento también y pido que me perdones si dominé a alguien o controlé de forma equivocada. Así sea.