Estos seres de luz creados por Dios pueden, si se los pedimos, ayudarnos a tener un alivio tanto en nuestra salud física como emocional. Es importante mencionar, sin embargo, que lo pueden hacer también en la medida en que esta intervención no altere o viole las experiencias de aprendizaje que los seres humanos debemos vivir. Es decir, que si una persona debe aprender algo importante para su evolución a través de una enfermedad, los ángeles no pueden cambiar este proceso, aunque sí lo pueden alivianar.
Aunque podemos trabajar con los ángeles o seres de luz de nuestra predilección o con quienes cada uno sienta mayor cercanía, a continuación sugiero algunos nombres: Arcángel Miguel (para nuestra sanación y limpieza interior), arcángel Rafael y sus ángeles sanadores (para sanación física y espiritual), arcángel Jofiel (para la salud emocional y sicológica), arcángel Chamuel (para sanación sicológica), arcángel Zafiel (para curar el insomnio), arcángel Gabriel (para la fertilidad y el embarazo en general), arcángel Ariel (para la salud de las mascotas y animales en general), arcángel Zerakiel (para trabajar las adicciones), y los ángeles guardianes (quienes conocen nuestro camino en nuestra vida y por tanto nuestros aprendizajes). No olvide que para comunicarse con los ángeles lo puede hacer desde el corazón. Pida con fe primero a Dios y luego a los seres de luz y permita que actúen.
Ana Mercedes Rueda