Quizás dentro del grupo angelical, el mas reconocido es el Arcángel Miguel. Es uno de los tres Arcángeles reconocidos por la Iglesia Católica y también es reconocido por otras religiones como el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam. Su nombre significa “Quién como Dios?”. Es también llamado el Príncipe de los ángeles y generalmente se le reconoce por estar dibujado sosteniendo una espada y con un pie sobre un demonio, venciéndolo.
Como solicitar su ayuda?
Este es el arcángel protector, así que podemos pedir su ayuda para que nos de fuerza, valor, comprensión, paciencia y nos ayude a vencer los miedos. También nos ayuda a ‘encarrilarnos’, es decir, cuando estamos en momentos en los que no sabemos para donde vamos o que función debemos cumplir en la vida. También nos ayudara a amarnos mas a nosotros mismos, a mejorar todas nuestras relaciones, a encontrar una carrera que nos haga felices y a vivir nuestra vida con total gozo.
Aunque como lo he dicho en repetidas ocasiones no es obligatorio el realizar una ceremonia para que los ángeles acudan a nuestro llamado, quisiera compartir un ejercicio para aquellos que sientan el deseo o necesidad de hacerlo para sentir a Miguel mas cerca.
Acuéstese, cierre los ojos y relájese. Si desea, coloque música y encienda una varita de incienso. Relaje todo su cuerpo, comenzando por los pies y siguiendo hacia arriba hasta su cabeza. Imagine que esta cubierto completamente por una luz blanca, así como el lugar donde se encuentra. Cuando sienta que todos los músculos de su cuerpo están relajados, de gracias a Dios y piense en el Arcángel Miguel y pídale que acuda a su llamado. En su mente dígale la necesidad que tiene y por que le esta pidiendo sobre dicho asunto.
Poco a poco muy posiblemente tendrá alguna sensación que le dará a entender que Miguel esta cerca. Si no siente nada, no crea que el no ha atendido su llamado. Los seres de luz siempre lo hacen, así no sintamos su presencia. Así que tenga por seguro que Miguel estará ahí, junto a usted, cuando usted lo llame. Haga la petición desde su corazón, con fe y déle las gracias.
En esos momentos en los que no tenemos tiempo de meditar o relajarnos también podemos llamar a Miguel. Cuando hay una situación urgente, puede hacer lo siguiente: si le es factible, párese mirando hacia el oriente (si no, no se preocupe. También funcionara si no lo hace). Cierre los ojos y visualícese rodeado por una luz blanca y los Arcángeles Miguel, Uriel, Gabriel y Rafael rodeándolo. Respire hondo y pídale específicamente a Miguel que lo ayude en esa necesidad urgente.
Si es un caso de extrema urgencia puede simplemente decir: “Miguel, ayúdame” y el acudirá a su lado. Nunca olvidemos que los ángeles solo necesitan que los llamemos para acudir a nuestro llamado y asistirnos en nuestras necesidades.
*Ana Mercedes Rueda