Para triunfar domina tus emociones

Para triunfar domina tus emociones, no que ellas te dominen a ti. Las personas no somos robots, tenemos sentimientos y estos influyen en nuestro comportamiento. El problema viene cuando dejamos que lo hagan incluso contra nuestra voluntad, cuando en realidad podríamos usarlos en nuestro beneficio.
Ser una persona emocional puede ser un problema: imagina una persona que se encuentra en un aprieto, con la presión laboral hasta arriba. Le están encargando mucho trabajo por su jefe, quien parece dispuesto a no dejarle un momento libre en el día. Le traen papeles y papeles, por lo que empieza a impacientarse.
Entonces, llega un momento que no aguanta más, voltea el escritorio, insulta y se larga de ahí. Al día siguiente, cuando regresa más calmado, se encuentra con que fue despedido; ahora, imagínate otra persona en una situación similar, hablando con su jefe. Le dice que le está dando trabajo de más.
Le dice que le debe pagar extra o hablará con el supervisor general. Su jefe estaba intentando aprovecharse de él, por lo que llevará a ese trabajo extra a otro para evitar problemas, ¿viste? Tal vez no sea así en todos los casos, pero en esta había una solución. Y lo logró porque controló sus emociones.
Aprovechando las emociones.
Y así como las emociones nos pueden jugar una mala pasada, también podemos usarlos en nuestro beneficio. Por ejemplo, cuando nos encontramos inspirados gracias a una película, canción o discurso, podríamos tener ganar de intentar emprender algo que nunca habíamos intentado.
¿Porqué controlarnos? Esta nueva emoción nos está impulsando hacia adelante, a hacer las cosas de manera diferente. Deberías aprovecharlo para hacer eso que no te habías atrevido. Esa emoción nació y no intentes reprimirla. Como ves, es hacerlo de manera consciente el dejarnos controlar o no.
Ya más avanzado, incluso podrías evocar emociones. Puedes inspirarte en historias que has escuchado, recuerdos y otros medios para tener un sentimiento en cierta ocasión. Algunos lo llaman darse valor por ejemplo, la idea es llamar una emoción en el momento que lo necesitemos.
Esto de las emociones es un tema complicado, pero en realidad lo básico es que nosotros mandamos en nuestro cerebro. Lo que sentamos no es exactamente lo que deberíamos hacer, con el tiempo seremos unas personas menos emocionales al actuar solo bajo sus influjos. Nuestro cerebro es quien manda y decidirá cuando usar las emociones o no.

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