Cuando quieras a tu Ángel especialmente cerca de ti durante todo el día, abre tu Paraguas Angelical. Esta visualización se puede utilizar cuando tienen en la mente un objetivo en particular, como un examen o una entrevista importante, y deseas permanecer centrada y serena. O cuando necesitas el consuelo de tener junto a ti a un amigo querido.
1) De cara al Este, extiende tus brazos hacia fuera y di: “Permanece conmigo, Ángel”. Cierra los ojos un momento e imagina a tu Ángel de pie detrás de ti; sus alas comienzan a envolverte. Repite esta invocación de cara al Sur, al Oeste y al Norte. Observa si al hacerlo detectas en tu cuerpo o en la atmósfera alguna sensación especial.
2) Cuando hayas completado la invocación hacia los cuatro puntos cardinales, siéntate y levanta los brazos, con la palma de las manos hacia arriba. Imagina a tu Ángel de pie a tu espalda, sosteniendo un paraguas grande con varillas hechas de oro. Aunque no hay tela que cubra el armazón del paraguas, las varillas están conectadas por gotas de luz dorada, de modo que te encuentras bajo algo parecido a una gigantesca telaraña dorada, salpicada de rocío celestial.
3) A través de esta red de luz caen unas gotas de luz blanca y dorada, que te rodean y te envuelven. Mueve los brazos para sentir con más potencia los efectos de este paraguas. Mientras lo haces, di: “Mi Ángel está conmigo”. Repite esto tantas veces como lo desees.
4) Cuando te levantes, percibe el campo de energía creado por ese paraguas especial. Imagínalo suspendido por encima de ti a medida que transcurra el resto de tu día.
En cualquier momento, durante la jornada, puedes decir: “Acompáñame Ángel”, y visualizar nuevamente le Paraguas Angelical. A diferencia de los paraguas comunes, a éste no puedes dejarlo olvidado en el autobús o en el cine.
http://hermandadblanca.org/biblioteca/curso-sobre-los-angeles-con-enfoque-metafisico-por-alexiis/angeles-clases-de-21-a-25/