Antes de ir al encuentro de cada ángel para solicitarle su cooperación, debes seguir cuatro pasos preliminares que revisten vital importancia. Si has creado una mutación en cualquier ángel en particular, a través de las proyecciones de tus temores, tus opiniones, tus juicios condenatorios o tus culpas, el contacto directo con ese ángel podrá muy bien llevarte hacia un profundo conflicto interior. De modo que, entonces, la principal prioridad deberá ser alcanzar una especie de curación de tu conciencia, una limpieza de tu mente y de tu corazón para eliminar todas las proyecciones perjudiciales y para disolver todos los obstáculos que bloquean las energías.
El hombre, en efecto, insiste en el desarrollo de descubrimientos, de revelaciones, de la obtención de poderes como no se han visto desde los días de la Raza de los Atlantes. Y a menos que, esta vez, sea moralmente lo bastante fuerte como para controlar esas fuerzas y desarrollar esa perspectiva de espiritualidad que resulta esencial en todos aquellos que detentan gran poder, resultará nuevamente abrumado… De modo que debería cuidarse de emprender cualquier búsqueda encaminada a utilizar a los ángeles y devas con una deliberada intención egoísta o con propósitos destructivos.
El trabajo con los Ángeles puede ser una maravillosa aventura de creación conjunta que te permitirá comenzar inmediatamente el proceso de curación, perdonándote a ti misma por todas tus equivocaciones. En realidad, no eres verdaderamente tú quien se ha equivocado; sino que es una falsa creencia, o una forma de pensamiento errónea, llamada ego, la cual no es nada más que una parte de la gran ilusión en que está sumida tu vida, aunque la acción del ego puede dejar heridas emocionales que deben ser curadas. Al perdonarte a ti misma, simplemente estás apelando a la Energía de Corrección, a la Ley de la Modificación y el Ajuste, PARA transmutar los viejos patrones erróneos y para eliminar los fantasmas de otro tiempo.
Tú debes escudriñar en tu conciencia, y si en tu recorrido aparece alguna circunstancia de tu pasado que te provoca un sentimiento de vergüenza o de desmerecimiento, revisa toda la escena desde un punto de vista panorámico y proyecta el Amor de Dios que hay en vos sobre todas las imágenes de tu memoria. No intentes arrojarlas fuera de tu mente. Eso sería una forma de reprimirlas. Entrégalas al Espíritu y deja que se consuma.
También permite que salgan a la superficie las viejas raíces del pecado, el miedo y la culpa, y deja que se agiten y se remuevan en el seno del Fuego Sagrado hasta volver a sentirte limpia y pura. Comprende que sin el concurso de la Acción Divina, resulta imposible entregar cualquier pensamiento o sentimiento al Espíritu que ha de transmutarlos.
El segundo paso en la restauración de las relaciones entre tú y los ángeles es examinar los problemas de personalidad que puedes estar experimentando – temor, decepción, falta de honradez, ira, arrogancia, confusión, obstinación, sentimientos de futilidad, celos, impaciencia, resentimiento, de baja estimación de tu propio valor, etc., etc. Aprovecha también para tomar nota de los aspectos negativos de tu vida, como pueden ser las necesidades económicas, discordias familiares, problemas sexuales, incapacidad para mantener relaciones duraderas, enfermedades y mala salud, problemas legales y fracasos en los negocios o en tu profesión. Esta evaluación te ayudará a ver cuáles son los ángeles que han sufrido las mayores adulteraciones.
Una vez que has localizado tus puntos problemáticos te encuentras lista para iniciar el tercer paso: la entrega total al Espíritu que mora en tu interior, de tu mente, tus emociones, tu cuerpo y tu mundo personal, sin ocultar ni reprimir nada y entregándolo todo y para Dios.
A partir del análisis anterior, corta las cuerdas de todos los rasgos negativos de tu personalidad y vacíate incluso de todo aquello que parezca pertenecer a la tercera dimensión de la naturaleza humana. Recuerda que, al hacerlo, inmediatamente entra en acción la Ley de la Modificación y el Ajuste, el principio corrector que forma parte de la naturaleza divina de la persona, esa energía purificadora que se irradia desde el yo espiritual de cada individuo.
Todos esos elementos que tú has entregado en forma sincera y auténtica, son corregidos y modificados en los planos interiores de conciencia y así los Ángeles se ven liberados de todas las proyecciones del ego.
Una vez que has comenzado a sentir más y mejor las vibraciones espirituales de tu conciencias, estás lista para dar el paso final antes de entrar en contacto con los Ángeles.
Este cuarto paso consiste en meditar y poner en juego en tu conciencia la presencia del Espíritu de Dios que habita en ella. Esto debe ser hecho antes de intentar cualquier visita al reino interior. Contempla el poder protector de tu Sagrado YO y siente cómo te rodean sus “brazos eternos”. Luego pídele al Espíritu que te sirva de guía para viajar a las profundidades de tu conciencia, que te escolte personalmente para ir al encuentro del ángel que desees consultar. Siente cómo, en tu viaje interior, te envuelve la presencia del Amor, la Sabiduría y el Poder del Espíritu y ve y siente la Luz que te rodea cuando avanza a través de un túnel sinuoso.
Al llegar a cierto punto de tu viaje, podrás ver que una luz aparece delante de ti y así sabrás que está aproximándose el Ángel. Cuando estés más cerca, te darás cuenta de que esa luz comienza a tomar la forma y el aspecto de un ser físico, que puede ser hombre o mujer. Contempla sus ojos y, sintiéndolo profundamente en tu corazón, exprésale tu amor y tu gratitud y siente cómo ese amor te es retribuido.
En ese momento puedes interrogarlo sobre cualquier tema que venga a tu mente, pero te sugiero que preguntes: ¿Cómo puedo ayudarte en tu tarea de hacer que la perfección se manifieste en mi vida?. La respuesta puede llegar a sorprenderte, pero, cualquiera que sea, asegúrate de escribirla en un diario de tu viaje espiritual. El Ángel también te preguntará qué puede hacer por vos, de modo que debes estar preparada para responderle con cariño y con franqueza.
Comprende que, aunque el contacto con los Ángeles comience en tu imaginación, no se trata de un simple ejercicio imaginativo. Imaginación significa “el poder de representar las cosas mentalmente” y así estás usando el pensamiento creativo para introducirte en los planos interiores, donde tu sentido de la vista te ha de revelar la presencia de estos Ángeles de la Ley Cósmica. ¡Y ellos son seres reales! Ellos son los agentes activos del Logos, y ejecutan todos los detalles del plan del mundo.
Al encontrarte con los Ángeles, te darás cuenta de que no siempre asumen la misma forma y aspecto. Cuando se produzcan cambios en lo que proyectas sobre ellos, asumirán una apariencia diferente. Algunas veces están tan bloqueados por el ego que sólo podrás ver un contorno borroso y nublado.
Durante tu encuentro con el Ángel no debe sorprenderte si Él o Ella llaman a otro Ángel para que participe de la experiencia. Si eso sucede, solicita al primer Ángel que te lo presente y que te explique la razón de la presencia de su compañero.
Habla con los Ángeles. Conversa con ellos; hazles preguntas, escúchalos. También pueden mostrarte lo que parece ser una escena, como una película proyectada sobre una pantalla. Observa cuidadosamente la “película” y, en caso de no estar segura, no vaciles en pedirles que te explique su significado.
Aunque estas enseñanzas son eminentemente esotéricas, son también sumamente prácticas, lo cual significa que los principios deben ser practicados si ansías recibir beneficios totales. Todo esto implica emprender un viaje de desarrollo espiritual que ofrece una rica recompensa al viajero que está dispuesto a prestarle la debida dedicación.
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