Quizás lleven algo de tiempo oyendo hablar acerca de la meditación. Es probable que hayan leídos artículos y algunos libros, que hayan asistido a cursos, talleres, e incluso conocido maestros de meditación. Sin embargo, la impresión que tenemos es que aún así, muchas personas no acaban de entender realmente de qué trata la meditación, porque por una u otra razón, prevalece la tendencia a limitarla a los ratos que pasan sentados sobre el cojín y desconectarla totalmente del resto de la vida diaria. Es cierto que cuando hablamos de meditación estamos hablando de una técnica, pero también estamos hablando del estado mental producto de la aplicación de esa técnica. Es decir, aprendemos meditación para vivir totalmente centrados en el momento. Aquí. Ahora.
Es posible que la mala interpretación se deba en parte al hecho de que en occidente el término meditación está asociado con pensar detenidamente acerca de algo en particular, mientras que dentro del contexto budista, meditación implica todo lo contrario, tiene que ver con un estado mental libre de pensamiento.
Aun cuando existen muchas prácticas, todas las escuelas coinciden en recomendar comenzar por aprender a mantener la mente centrada en un solo punto. De allí la importancia de aprender Shámata, la práctica básica donde trabajamos con la respiración para centrar y aquietar la mente.
Otra idea equivocada acerca de la meditación consiste en pensar que su práctica nos proporciona la oportunidad de escapar de los altibajos de la vida, de las rabietas y otras expresiones neuróticas o dificultades cotidianas. Por el contrario, al centrar y tranquilizar la mente, comenzamos a ver y a relacionarnos con cada uno de los matices de cada circunstancia desde una perspectiva más saludable y “trabajable” en vez de tratar de huir de ellas. Vemos las situaciones difíciles como “oportunidades” y no como “obstáculos” para nuestra evolución.
La meditación es una herramienta psicológica que reivindica la existencia misma; que nos permite entrar en contacto con la riqueza subyacente a la experiencia de estar vivos, brindándonos la posibilidad de utilizar todo lo que sucede como oportunidad para el trabajo interior. La meditación nos enseña el arte de vivir.
http://www.caracasktc.org/home/index.php?option=com_content&view=article&id=144&Itemid=119un beso y una linda sonrisa