Existen muchas perspectivas para definir y alcanzar metas, muchas de ellas basadas en la perseverancia, la rectitud o el trabajo duro. En cambio, pocas proponen una metodología sencilla pero eficaz que nos lleve con rapidez desde dónde nos hallamos, hasta dónde queremos llegar.
Recuerda que tu vida no tiene límites, salvo aquellos que tu mismo quieras imponer.
"La forma más rápida y eficiente de alcanzar una meta, es vivir como si ya le hubiéramos dado alcance"
Pongamos un ejemplo. Si tenemos 20 kg. en sobrepeso, y queremos ponernos en forma, ¿cuál es la manera más rápida y sencilla? Si proseguimos con la mentalidad que tenemos ahora, la mentalidad del punto de partida, seguramente no haremos mucho ejercicio, ni cuidaremos nuestra dieta. Si nos ponemos a ello, es probable que nos cueste, porque tenemos que adaptar la mentalidad.
En cambio, si adoptamos la mentalidad de alguien que cuida su dieta y ejercita con regularidad, alguien que YA se encontraría en el punto B, lo que estaremos procurando es cambiar directamente la mentalidad, mucho antes de empezar a trabajar en el ejercicio físico o en la dieta, ya asumiremos los principios y valores de una persona que cuida su peso, por lo que desde un principio estaremos viviendo como si ya hubiéramos alcanzado nuestra meta.
Esta metodología nos libera del ansia de alcanzar nuestra meta, pues adoptamos la actitud de haber dado alcance a nuestra meta mucho antes de que ésta se manifieste, y por tanto desarrollaremos la nueva mentalidad sin la presión de tener que perseguir el objetivo.
Fases
Propongo dos fases para adoptar una mentalidad distinta que nos llevará más rápidamente y con menos esfuerzo a ser u obtener cualquier cosa que nos propongamos.
1) Proyección: En esta primera fase, debemos proyectar claramente nuestra meta. ¿Qué deseamos ser/obtener? Debemos ser claros e incluir detalles, visualizar nuestro punto de destino tal y como sería si ya lo hubiéramos alcanzado.
Muchas personas no llegan a declarar sus metas con la suficiente claridad, y por supuesto, el punto que no está bien definido en un mapa, es difícil (si no imposible) de alcanzar. Es primordial que definamos bien el punto B, y lo visualicemos con todo detalle. Si queremos alcanzar un objetivo económico, fijemos una cifra exacta (20.000 euros), y de ese modo tendremos la idea certera de aquello que queremos conseguir.
En la siguiente fase, nos dedicaremos a implantarlo en el momento actual, como si ya lo hubiéramos alcanzado, y por tanto vivir a esta guisa para poder acercarnos con rapidez a la consecución de nuestros objetivos.
2) Disciplina: En esta fase, pondremos énfasis en vivir desde el principio en el punto B o destino. No se trata de fingir, se trata de visualizar y adoptar la mentalidad de alguien que ya se encuentra en ese punto, de manera que no nos resulte complicado mimetizar sus acciones.
Recordemos que la manera de ser feliz no es esperando a serlo, sino tomando la decisión de vivir la vida como si ya lo fuéramos. De la misma manera, alcanzar un sueldo más elevado no consiste en esperar pacientemente a ser ascendidos, sino proyectarlo (estimar con exactitud la cifra que creemos que es justa para nuestro puesto actual), y vivir como si fuese de total justicia que se nos otorgue.
El hecho de asumir con disciplina que ya hemos alcanzado el punto de destino implica que se activen una serie de mecanismos psicológicos que posibilitan la consecución de la meta. La mayor parte de personas se cierran el paso a sí mimas creyendo que no merecen cierta cantidad de dinero o que es imposible llegar a adelgazar, cuando esos límites no son más reales que lo que ellos mismos crean.
Si acogemos la mentalidad que tendría alguien que ya hubiera alcanzado la meta, posibilitamos enormemente que la meta se materialice en tiempo récord, además de atenuar los miedos y tensiones propias de una meta difícil de alcanzar.
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