La espada se diferenciará de la cruz por su punta y por su mango más corto, así como por su empuñadura. Es un símbolo simultáneo de la herida y del poder de herir y por ello un signo de libertad y de fuerza. También es un símbolo femenino de la continuidad de la vida.
Adivinatoriamente hablando la espada aconseja al consultante prudencia en su salud, advirtiendo de la necesidad de realizar un chequeo completo de su organismo, dado que advierte la llegada de épocas de poca vitalidad.