La culpabilidad es una de las emociones más mortíferas que puede albergar dentro un ser humano. Te quita la vida, te quita el aliento por seguir progresando. Cuando sientes culpa, sientes que hay una piedra grande en el interior de tu pecho (o cualquier otra parte de tu cuerpo) que te pesa mucho y eso mismo te impide avanzar.
Nadie puede descuidarse por el simple hecho de echarse la culpa, tú tienes que quererte a ti mismo.
Puede haber muchas muertes, puede haber muchas desgracias pero NO es tu culpa. No, al menos no del todo. Porque no somos responsables del movimiento de la tierra, no somos responsables de la luz que emana el sol, no somos responsables de los movimientos que hay debajo de la corteza terrestre, no somos responsables del movimiento de los vientos, no somos responsables de las decisiones que hacen nuestros gobernantes.
No somos responsables de que alguien, probablemente un ser querido, muera por vejez, por enfermedad o por accidente. La vida es así y no podemos hacer nada para cambiar esas cosas.
Y si tienes algo de culpa por algo trágico que ha sucedido, al menos trata de no echarte la culpa de todo. Ten en cuenta que este mundo también tiene cosas que no podemos controlar ni explicar.
La culpabilidad es un sentimiento que se destruye a sí mismo, habla por sí mismo, tiene un mecanismo muy fuerte que te hace creer que tú eres el único culpable pero en realidad no es así. En realidad el mundo cambia, da vueltas, las personas se enferman, las personas cambian de opinión, las personas se transforman, la gente muere.
Echarse la culpa es un estado mental
Ahora ya lo tienes bien en claro. La culpa está dentro de tu mente, no está en el ambiente que te rodea, no está en el aire que respiras (aunque muchas veces parece que sí).
Todo tiene que ver con la mente y los pensamientos.
El mundo es lo que creemos que es, pero no tiene por qué ser así. Podemos interpretarlo a nuestro antojo.
¿Cuál es la única diferencia entre toda una multitud que insulta a un jugador está jugando al fútbol? Que uno puede escuchar atentamente a cada uno de los insultos y sentirse mal, pero otro puede interpretar la bulla en general como palabras de aliento. Al final, solamente son gritos.
El universo y todo lo que nos rodea tiene sus leyes, leyes que son inquebrantables. Sucede algo por una combinación de varias cosas que han concordado con una ley que aún no podemos explicar.
Pero de algo sí que estoy seguro, y es que cuando hacemos cosas buenas el mundo y el universo en general se pondrá en plan amistoso con cada uno de nosotros y nos facilitará el camino para conseguir lo que tanto queremos.
Repito, echarse la culpa es mental y no real.
Todo lo que tenga que ver con pensamientos es exclusivamente de la mente humana, y si no lo sabemos controlar nos puede provocar grandes daños que nos hará sentir peor.
Y por esa misma razón deja ya de echarte la culpa. Cuida tu autoestima ya que se va a dañar mucho si te echas la culpa por cualquier cosa que te haya pasado últimamente.
Echarse la culpa puede ser una reflexión ante algo que hemos hecho mal pero luego de eso hay que reponerlo a como dé lugar.
Ahora solamente te toca reparar el daño, te toca hacer cosas buenas, cosas que al final de cuentas te harán sentir bien contigo mismo.
Quizás haya sucedido algo irremediable pero trata de remediarlo con otras personas, en otros lugares, en otras circunstancias, pero no te quedes con la culpa en el pecho porque te va a matar la conciencia.
Este mundo tiene muchas cosas por arreglar, este mundo necesita tu ayuda y muchas personas esperan a que alguien como tú haga algo bueno.
Porque mil veces peor es echarse la culpa y no hacer nada para remediar el error que has cometido.
Ve y busca algo que te haga sentir bien siempre y cuando sea para el beneficio de los demás también.
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