Somos seres de Luz, hijos e hijas de las estrellas, espíritus encarnados viviendo una experiencia física extraordinaria.
La Energía de Amor, es la fuente de energía divina, creadora de vida, que mueve el mundo. Aprender a reconocer esta energía en nosotros es fundamental para poder tratarnos y sanarnos a través de ella. Y aunque definirla pareciera imposible, podriamos decir que se asemeja a una sensación de goce y plenitud absoluta.
Existe un potencial divino maravilloso a nuestra disposición, que nos pertenece a todos y hoy lo vamos a integrar con la energia del amor. Hay un puente transparente que nos une a Dios y si decidimos cruzarlo podemos entrar en el espacio del cielo. En una meditación me dispuse a visualizar la energía universal; invoqué Dios, a mis Guías y Seres de Luz y pedí excusas por estar tristes, solicité que pudiésemos aceptar las situaciones que nos causan sufrimiento comprendiendo que sí se nos presentan, es precisamente para que trascendamos, para evolucionar y así podamos salir de esa rueda de energía que nos desequilibra e introducirnos en la plenitud y el amor, contribuyendo, con nuestro aporte, a que esa energía sanadora y creadora de todo bien, que es el Amor, fluya adecuadamente a través de nosotros.
Pedí que podamos eliminar el sentimiento del miedo, la tristeza y la inseguridad guardados en nuestro interior, que esconde una necesidad íntima de ser amados, siempre que no entendemos alguna situación o conflicto detrás hay una necesidad de recibir amor o falta la energía del amor.
Esta clase de Amor es pura fuerza transmutadora de sufrimiento, y esto lo comprobamos en cuanto empezamos a utilizarla para transformar las emociones nocivas, pues conseguimos elevarnos a un nivel energético superior al del conflicto.
El verdadero Amor produce una sensación indescriptible de serena libertad y bienestar, en el que no hay espacio para la culpa y sí para merecer vivir en la verdad, fusionados con todo lo creado y lo que existe.
“Amor” es una Energía que siempre está entrando a nuestro cuerpo, y cuando nos hacemos conscientes de ello y ejercitamos la manera dirigirla adecuadamente en cada momento, esta inagotable energía fluirá por nosotros continuamente sin bloqueos, disolviendo con su flujo y nuestra intencionalidad cualquier posible negatividad.
No olvidemos nunca que las supuestas adversidades o malos momentos que se nos presentan en la vida tienen la intención de servirnos de guía para descubrir nuestra capacidad de amar. No hay debilidad en nadie, eso no lo digamos nunca, hay situaciones dolorosas pero no debemos verlas como un castigo, sino como una oportunidad para hacernos descubrir la Verdad.
Todo lo que experimentamos da lugar a nuestro crecimiento interno. No podemos cambiar los acontecimientos que nos suceden, pero si podemos transformar lo que estos nos hacen sentir. La vida con todos sus momentos de alegría y tristeza, de esperanza y miedo, es una oportunidad para conocer el Amor. Y después de ello, vivir siempre en Él. Porque allí donde está el Amor, está el auténtico ser humano y está Dios.
Nuestras emociones están estrechamente relacionadas con el miedo y con nuestras resistencias a incorporar lo nuevo en nuestras vidas. Sin darnos cuenta vivimos permanentemente resistiéndonos, negándonos a aceptar las circunstancias y el momento presente, protestando y rechazando todo lo que no nos gusta. Cuando trabajamos con nosotros mismos irradiando energía de Amor a todo aquello que nos molesta, lo que en realidad estamos haciendo es romper nuestra resistencia a pasar por todo lo que la vida nos va presentando y que desde alguna parte de nuestro interior, inconscientemente, nosotros provocamos o atraemos.
El Amor es la infalible energía que disuelve toda resistencia. Él es la llave que nos permite introducirnos en la totalidad apartándonos de la separación, a causa de la cual, percibimos los acontecimientos como una agresión o abandono.
No podemos hacer que desaparezcan las situaciones que no nos gustan. Podríamos intentar huir, pero no serviría de nada: se nos volverían a presentar circunstancias similares.
La solución está en transformarnos con la energía del Amor, para conseguir que esas cosas dejen de molestarnos. Cuando lo hacemos, nuestras circunstancias cambian y empezamos a atraer hacia nosotros otras personas, otras experiencias, otras situaciones mucho más placenteras…
No debemos utilizar la mente para protegernos de los sentimientos dolorosos que podamos temer, pues ocultándonos no resolveremos nada. Debemos usar nuestro poder mental para aceptar que las emociones necesitan ser tratadas con Amor y no solamente con la energía mental del razonamiento y mucho menos con la imposición.
Cuando nos encontremos en un estado en que las cosas nos van mal y no sepamos cómo arreglarlas debemos “pulsar el dispositivo” y permitir que la Energía fluya y fluya hacia fuera sin que haga falta ningún “objeto” hacia donde enfocarla. Simplemente fusionando la energía que entra con la que sale y con la certeza de estar haciendo lo mejor que podemos hacer.
Debemos permitir que la energía del Amor fluya dentro de nosotros.
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