Todos somos seres de luz, sin excepción alguna, desde las personas más espirituales a las que se comportan de la peor manera posible. Otra cosa, es cómo lo desarrollamos y trabajamos. Una vez más, debemos recordar que todo está en nuestras manos.
Somos Luz, o lo que es lo mismo, Amor; y como tales, tenemos una energía vibracional, unos más elevada que otros, que va en consonancia a nuestro trabajo evolutivo, de crecimiento interior. La nuestra, la de los seres humanos, tiende a ser de menor vibración a la de otros seres y generalmente, no nos referimos a nosotros como seres de luz, aunque vuelvo a repetir, que lo somos.
¿Cómo podemos identificar la energía? Sientiéndola a través del corazón. No con los ojos físicos. Hay veces que al estar con otras personas sentimos bienestar sin que haya ocurrido nada extraordinario; otras en cambio, es al revés, saludamos a alguien y al momento, sentimos un cansancio. Unos nos aportan energía positiva, y otros, la quitan de manera inconsciente. Todos intercambiamos energía.
Llamamos Seres de Luz a las entidades que tienen una vibración energética elevada. Su misión es la de enseñarnos, guiarnos, brindarnos información y, ayudarnos a crecer a nivel espiritual, evolutivo y personal. Podemos llamarles ángeles, arcángeles, entidades cósmicas, energías celestiales, etc.
Su presencia es constante en nuestra vida. A veces se presentan como energía, como una luz brillante, grande, limpia, pura, de una claridad muy especial. Otras, su presencia tiene un aspecto más físico. Es fácil reconocerles, se perciben con mucha nitidez, no pasan desapercibidos. Normalmente irradian un calor muy envolvente, cálido; y su energía nos resulta familiar, es reconocible. Nos sentimos como en casa.
Podemos ponernos en contacto con ellos a través de la meditación, de la oración, de seres que hacen de intermediarios entre ellos y nosotros. Sus mensajes suelen estar orientados a mejorar nuestra vida, a superar nuestros miedos y angustias, marcan pautas para encontrar nuestro camino, o lo que es lo mismos, a vivir con y desde el Amor en todo aquello que hagamos, pensemos, sintamos y seamos.
Pienso que hay seres de luz viviendo entre nosotros. Hay seres que siendo anónimos o conocidos, actúan ayudando a los demás, consiguiendo que nuestra vida cambie positivamente, se transforme e ilumine, haciendo de nosotros mejores personas.
Los Seres de Luz siempre están con nosotros. Estemos abiertos a su presencia. Siempre, día a día, están sus manos amorosas y acogedoras para nosotros, acudamos a ellos sin temor, nos sorprenderán.
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