La vida es un aprendizaje constante. Cada mañana la persona se enfrenta a nuevas actividades, nuevas interacciones, nuevos desafíos que lo prueban como persona, en la vida familiar, la vida social y su propia personalidad. Pese a la inmensidad de conocimientos y saberes que hoy día son muy especializados en todas las ciencias, artes y oficios, el individuo corre el riesgo de no renovar sus conocimientos y conformarse con una gama de conocimientos específicos. La tecnología, en un sentido más técnico, constantemente está descubriendo nuevas formas de tratar la información, de optimizar las comunicaciones, y las personas vinculadas a ella, precisan de actualizar sus conocimientos. Es un proceso que ya no se detiene.
En la vida misma sucede igual, siempre la persona puede aprender de sus semejantes, de sus propias experiencias erróneas y positivas. Nadie sabe tanto como para que no pueda interiorizar algo valioso para su estilo de vida. De modo que, cuando nos interesamos en aprender cosas nuevas (intelectuales, técnicas, espirituales, emocionales, laborales...) damos a nuestra autoestima la sensación de capacidad y utilidad para servir en sociedad. Un curso, una actualización, una nueva carrera, un seminario, leer un nuevo libro, entre muchas modalidades, constituyen formas de aprender algo nuevo, que traen mayor sentido a la vida, la ampliación del campo de acción para ayudar en la construcción de una sociedad mejor.
Quizás usted sea excelente en alguna área del saber o en algún oficio, pero una actividad alternativa le dará una sensación de satisfacción, de creatividad, de respiro, a su cotidianidad, si es que acaso la monotonía no le ha tomado ventaja. Siempre habrá algo que aprender, y esto enriquece la vida, el ser muy funcional en beneficio propio y el de los demás.
Haga un listado de actividades, capacitaciones nuevas que le gustaría realizar. Coloque enfrente de cada una de ellas qué tan viables y realizables son. Así mismo qué tanto le apasionaría hacer dicha actividad, como motivación, para llevarla adelante. Precise cómo le concedería a usted cierto bienestar y crecimiento personal. ¿Cuándo, entonces, empezará su nueva actividad?
SEA AUTÉNTICO. CERO APARIENCIAS
En nuestra cultura actual, especialmente alentada por los medios masivos de comunicación, la cuestión de la identidad, la autenticidad e integridad de las personas cuenta con bastante oposición, o mejor aún, no es muy fundamentada o estimulada en beneficio de las mismas. Es posible que determinados medios de comunicación ajenos a los principios morales, pretendan crear televidentes, oyentes, usuario despersonalizados, es decir, muy vulnerables a cualquier tipo de producto e influencia. Cabe aclarar que la economía es un aspecto fundamental en cada país, y las empresas piensan en la satisfacción de las necesidades básicas del individuo, pero sabemos que la mayoría de las necesidades sociales son creadas. Lo que no era trascendental para usted ahora forma parte de su canasta familiar, y hasta llega a sentirse incómodo/infeliz si no cuenta con ello o no lo puede adquirir.
Ahora bien, ser auténtico en un mundo, bueno, del cual formamos parte, no es nada fácil, cuando nos viven diciendo cómo debemos ser/hacer, para el lucro e interés de otros. De modo que, en algunos la autoestima se ve afectada por las comparaciones, y de esta manera colocan como estándares por alcanzar lo que la sociedad establece, lo que otros son o logran. Por supuesto que, cuando dichas expectativas no se cumplen lo menos que alguien puede experimentar es frustración, desesperanza y negativismo. La autenticidad permite que una persona sea transparente, es decir, no requiera de muletas, disfraces, apariencias, y así mostrarse a otros para indicar que se está bien. Cuando la persona está totalmente hecha de lo que los demás le han prescrito, nunca sentirá satisfacción plena por lo que es: persona en esencia con valor.
Medite en varias ocasiones en las que usted no ha sido realmente la persona que es. Sea sincero al respecto. ¿Cómo hubiera podido actuar realmente? ¿Qué dificultades se hubiera ahorrado mostrándose auténtico? ¿Ha aparentado por darles gusto a otras personas? ¿Lo ha hecho por quedar sencillamente "bien"?
Autor: Alfonso Barreto