El doble ánimo, es decir, la tendencia emocional a cambiar de ánimo y decisiones alternativamente, es un problemática común del carácter y la vida emocional de la persona, lo cual también da cuenta de su imperfección psicológica.
Algunas características del doble ánimo: incapacidad para terminar algo, llevarlo hasta el final; tomar una decisión con cierta firmeza y cambiarla radicalmente de un momento a otro (esto con cierta constancia o regularidad); cambios emocionales constantes (oscilaciones), no necesariamente al mismo nivel de una enfermedad mental; en la incapacidad de tener ánimo constante y disfrutar de las diversas situaciones; insatisfacción casi en todo cuanto se hace; también las personas de doble ánimo pueden ser fácilmente llevadas de un lado a otro, por su voluntad débil o carácter voluble.
Como usted apreciará, no es nada deseable este estilo de vida, pues hace vivir mal: frustración, insatisfacción, inconformismo, afán...forman parte del individuo de doble ánimo. Aunque sería objeto de otro libro esta temática, podemos decir que el doble ánimo puede surgir, generalmente, de una vida orientada hacia los problemas, a inmiscuirse en dificultades sin necesidad, en la falta de perdón, la indisciplina, la ausencia de espiritualidad, un cultivo inadecuado del pensamiento.
Por supuesto que una vida regida por la inconstancia, el abandono de los proyectos e ideas, el cambio repentino y patológico de las decisiones, un corazón lleno de sentimientos dañinos, afectan el propio concepto de sí mismo, a la autoestima de la persona; no sentirá satisfacción sana de sí. Por ello, enfrentar y sanar el doble ánimo es algo esencial en la vida; esto se logra mediante el perdón, el cambio de hábitos dañinos, el cultivo de la espiritualidad, el cuidado del pensamiento...eventos que una persona en proceso de cambio personal, no puede esquivar u obviar por más que quiera.
Elabore una lista de proyectos, ideas, planes que usted ha tenido, y que quedaron en el olvido, abandonados...por el doble ánimo o la inconstancia. ¿Cómo sería su vida actual si los hubiese llevado hasta el final? ¿Qué puede retomar de ellos? También piense en aquellas cosas que ha logrado ¿Cuánto le han costado? ¿Qué función cumplen la voluntad y la disciplina en dichos logros?
Precise cómo es su estado de ánimo ¿Constante? ¿Inconstante? ¿Desanimado? ¿Desesperanzado?...después de ello tome la decisión, paso a paso, de hacer en adelante lo que se propone, lo que decide, lo que planea. Usted finalmente se sentirá mejor en el proceso.
TODAS LAS PERSONAS AFRONTAN DIVERSOS PROBLEMAS
En uno de los primeros apartados se mencionó un poco acerca del sufrimiento del cual todos las personas somos partícipes en una u otra forma. Ahora bien, los problemas constituyen otro nivel de dificultades que la persona debe enfrentar para resolver y crecer, en áreas que pudieran darse por sencillas o insignificantes.
Un problema es un interrogante, inquietud, dilema, responsabilidad adquirida, conflicto, entre otros, que requiere una solución para una mejor interacción con los demás, con las instituciones, además de sentirse tranquilo consigo mismo. El problema es una situación muy particular cuando se incumple algo; cuando se producen dificultades en las relaciones interpersonales, cuando un mecanismo falla; cuando un nuevo desafío se plantea al individuo; cuando la persona tiene formas inadecuadas de proceder e interactuar; cuando surgen los imprevistos; cuando se toman malas decisiones.
La vida está compuesta de ellos, cotidianamente, y ayudan a perfeccionar, a madurar al individuo, en lo que se refiere al carácter, para asumirlos, para no ser reiterativo en algunos de ellos que surgen de una falta de aprendizaje y madurez como persona. Los problemas vienen en diversos tamaños, generalmente dependiendo de su impacto y sus posibles consecuencias; pero es también posible que la persona los agrande, los desproporcione, acarreándose ansiedad, angustia y algunas enfermedades de tipo psicosomático.
De modo que es un alivio saber que todos resolvemos a diario desafíos, inquietudes, imprevistos, cuyo fin es madurar integralmente al individuo; no deben verse como un acabóse (recuerde que más se perdió en el diluvio). En realidad, la idea es no acarrearse problemas propios por falta de organización, disciplina y dominio propio. Éstos causan mayor ansiedad y frustración a la persona. Los demás deben asumirse con la mejor actitud, para no sentir la autoestima con sensaciones de incapacidad, desánimo o abandono. Se dice que todo en esta vida tiene alguna solución.
Piense en varias situaciones que usted considera son verdaderos problemas para usted en la actualidad. Defina las molestias y consecuencias de los mismos. Precise de qué tipo son (familiares, personales, materiales, laborales...) Postule soluciones que usted considera acertadas y correctas para salir de los mismos. ¿Cuánto tiempo le llevará su solución? ¿Cuál es su actitud frente a diversas dificultades? ¿Cuáles problemas le son causados por otras personas? ¿En cuáles usted es el responsable?
Autor: Alfonso Barreto