la hoja de Ärnica contiene un principio antitumoral, el arnicólido A, lactona sesquiterpénica.
Los gargarismos con Ärnica, potencian la defensa local de las mucosas y son antiinflamatorios (bueno en caso de amigdalitis).
En uso externo, darla diluida, ya que puede producir dermatitis pruriginosa, debido a los derivados de helenalina que posee.
Esta indicado en alteraciones cardiacas, hipertensión, alergias, reumatismos. En uso externo para contusiones, hematomas, neuralgial, reumatismos, tendinitis, estomatitis y amigdalitis.
Hay que tener precaución a dosis altas, en su uso interno, es una planta tóxica, pudiendo producir alteraciones cardiacas, alucinaciones, vértigos y vómitos.