“Sólo se puede amar a quien se reconoce libre”
Es difícil. Y es posible. ¡Cuántas oportunidades! ¡Cuántos seres partieron para ayudarnos a que nos abramos a lo que somos, lo que es!
Somos especialistas en querer.
Todo lo que explique de nada sirve si no se com-prende, (hacer parte del ser el saber), y para aprender a hacer hay que hacer. Y amar como cada uno sabe amar,- como casi todo-, es práctica, error y logro.
Lo escrito sobre el amar, aquí, allá y en todo lugar, son formas para expresar la com-prensión alcanzada de un verdadero sentir.
Aquí, agrego algo, duele, duele mucho y más allá de lo que uno puede imaginar. Y entonces te preguntarás ¿para qué amar? Porque también purifica, perfecciona y te da LIBERTAD.
Porque cuando -en el mejor de los casos- además de querer amas, el amor te sacará las cadenas del deseo de poseer a un ser, que es esencialmente Libre e imposible de tener.
¿Cómo puedes creer que exista algo que te haga dueño de un ser?
Sí, así uno se engaña y esa ilusión en contraste continuo con la verdad nos destroza el alma, nos destruye por completo, porque cuando te hago mi prisionero estoy aceptando serlo, estoy diciéndome con mis actos que pueden encarcelarme, porque soy un ser: igual que tú, y en este caso soy tu carcelero. Y esa es la trampa: que estoy queriendo ocultarme a mi mismo la otra cara del juego prisionero-carcelero. Y así con este dolor desgarrador sea cual sea el rol que ocupe, uno reduce su totalidad a un objeto material ¿cómo no sentirse como se siente? ¿Cómo uno va a aceptar lo contario a la verdad que es? ¿Cómo aceptar que uno es una cosa que se puede poseer? Y actúes de prisionero o actúes de carcelero el dolor es el mismo, y cuando estás metido en el juego lo que te libera es el amor.
Un sentir que te hará viajar por el bien del otro, el bien tuyo y el bien de todos, por lo mejor para cada uno, por la verdad del ser en su esencia, por la libertad de cada uno como parte de la propia naturaleza, y te ayudará a com-prender (hacer tuyo el conocer como un saber) que la dicha, la paz y la felicidad del otro también contribuye con la tuya. Saber que para compartir contigo tengo que tener pocos espacios de realización individual vacíos, que si te encuentro porque estoy aburrido y me siento vacío puedo darte la oportunidad de ayudarme y con tu asistencia que te hagas firme y fuerte y quizá así crezcamos, sí, y es diferente cuando me siento pleno y busco tiempo para compartirlo.
Que si espero que alguien haya nacido para llenarme como espectro que soy, porque necesito realizarme y aún no logro hacerlo, quizá puedas suplirme en esa necesidad y cuando esto suceda habré de ejercer mucha habilidad para evitar generar una dependencia emocional mutua, recíproca y circular porque también estoy creyéndome que nací con la misión de llenar los espacios vacíos de alguien y eso, también lastima a la cósmica individualidad.
Dar espacios para que se desarrolle el ser que contemplas, y sentir la dicha de estar vivos para acompañarlo y tomar las oportunidades que da la vida para extenderle tus manos en cada caída, es muy diferente.
Cada uno es un ser maravilloso, basto, amplio, con tantas “aristas” como pueda por sí hallar y si tú te descubres cuando te cruces con alguien lo llenarás de alegría tan sólo por ser tú mismo y si se quiere compartir el tiempo se compartirá abundancia y si uno de los dos no quiere compartir nada, se compartirá respeto por la elección individual, y si uno de los dos parte, lloraremos, lloraremos a los gritos desde el alma, cantaremos desesperados por expresar tanto dolor, cantaremos nuestro dolor por la ausencia que sentimos, bailaremos los momentos irrepetibles y entregaremos, cada vez que se oprima el pecho, se cierre la garganta y se nublen los ojos todo ese dolor al todo al cosmos, y nos mantendremos Aquí. Y diremos: ya pasó. Y otra vez, volveremos al Ahora. Y sin entender cómo ni cuándo sentiremos el alivio por la entrega de las penas y reiremos.
Y así como puedes sentir lo que alguien canta o escribe, también podrás sentir su presencia. Y uno extraña, sí, extraña mucho al ser amado y también uno sabe que está en el lugar que necesita ahora estar, como cada uno. Y uno a veces cree que hay que dejarse morir por el ser que ama ¿realmente uno querría que el ser amado se echara a morir por nuestra ausencia? Entonces tampoco hay que hacerlo. Uno vino a vivir feliz. Y eso es lo que hacemos. Usamos todo eso que sentirnos para darnos fuerza, para seguir, porque si no seguimos, estaremos diciéndole a quien nos amó que sólo éramos una ilusión, y si acepto que soy una ilusión también acepto lo mismo para el ser que amo. Entonces, así, despedazados por la ausencia del ser amado, seguimos avanzando y eso es Amor, pues te has dejado de lado honrado el amor que nos tienen viviendo feliz la vida, enalteciendo el sentir que nos prodigaron y entregando a cada ser que cruzamos lo mejor que el ser amado nos ha dejado grabado.
“A veces, el ahora doloroso es un ahora siguiente maravilloso”