Puedo quererte y quererte hasta agotar el alma de poesía inventada. Puedo soñarte hasta caer rendida por el cansancio bajo las patas de mi cama. Amarte más allá de mí; más allá de mis dudas. Puedo buscarte en cada rincón del planeta con el único vehículo de mi imaginación que reconstruye cada milímetro de tu cara y de tu pelo como un detective perfecto. Quizá puedo hacerlo… pero ya no quiero. No quiero perder mi presente en perseguir el pasado alimentando el eco de un desamor que flota en la lejanía de mis recuerdos de fresa. Describiendo el mapa de mi idealidad. Deseo ser feliz aquí y ahora pero no voy a desperdiciar mi calendario vital en una espera sin sentido. A partir de hoy, tú sólo serás un verso de mi juventud con rima imperfecta. Arropada por la sombra de tus labios fui feliz, sin embargo, me siento mejor ahora que tomo impulso para ir en busca de mi futuro.
Mensaje de la historia: el tiempo pasa demasiado rápido como para desperdiciarlo más todavía en una espera sin sentido. El ser humano no puede disfrutar adecuadamente del presente si idealiza el pasado y adorna en su memoria la historia con detalles que quizá se desearon pero en realidad no existieron. Muchos de los conflictos que arrastra internamente el ser humano tienen que ver con el amor: historias no resueltas que impiden vivir de nuevo el enamoramiento adecuadamente porque a algunas personas les resulta difícil aceptar la realidad tal y como es. A veces la realidad duele, sin embargo, duele más todavía negar lo sucedido. La autoestima es fundamental en cualquier ámbito vital pero también en el ámbito de la pareja ya que quererse a uno mismo es la base para recibir el amor del otro. Por otra parte, en el ámbito profesional también es necesario que uno mismo refuerce su confianza y potencie sus cualidades para ofrecer lo mejor de sí mismo en el ejercicio de un trabajo al que se puede llegar por vocación en algunas ocasiones y en otras por diferentes motivos. Aunque el dinero no es lo más importante en la vida lo cierto es que es necesario para vivir ya que la satisfacción de las necesidades básicas es necesaria para poder ir más allá en la búsqueda de la felicidad. Sin embargo, la avaricia es un tipo de tristeza que muestra aquel que tiene un excesivo apego a lo material y no utiliza el dinero como medio sino como fin en sí mismo. Por el contrario, la generosidad es un tipo de alegría que muestra aquel que se da a los demás desinteresadamente y se preocupa por ellos reforzando la dimensión social del ser humano.