Todos tenemos cualidades únicas y todos disfrutamos de más autoconfianza cuando podemos poner en funcionamiento esas cualidades.
Imagina un equipo de fútbol con un gran delantero y un portero estupendo. ¿Qué pasaría si el entrenador pusiera al portero en la posición del delantero y al delantero en la portería? ¿Puedes imaginar cómo actuarían ambos jugadores? Seguramente, mal. ¿Crees que los dos se sentirían con autoconfianza en sus dos nuevas posiciones? Probablemente, no.
La gente tiene más éxito y más autoconfianza cuando se enfoca en sus cualidades en vez de hundirse en sus debilidades. Estoy seguro de que sabes por experiencia que invertir energía en una actividad que se te da bien es mucho más divertido que hacerlo en una de las odiosas cosas que se te dan mal. ¿Cuáles son las actividades que más odias realizar? ¿Y qué cosas te motivan más?
Muchas personas subestiman sus talentos. Solo porque un talento tuyo te resulte natural, no quiere decir que sea fácil para los demás. Quizá aprendes rápido los idiomas extranjeros. Tal vez, impresionas a tu familia y amigos con tu forma de cocinar.
¿O eres el mago de la tecnología que siempre arregla los ordenadores de los demás? ¿O el oído compasivo que escucha los problemas de otras personas? Sean cuales sean tus talentos, probablemente te sientas fuerte, sabio y al mando cuando los despliegas.
Nadie puede ser bueno en todo. Y la gente con autoconfianza sabe que necesita valorar y apreciar sus cualidades, en vez de martirizarse por sus debilidades. Imagina que tu vida es un partido de fútbol, identifica tus cualidades y piensa en qué posición quieres que jueguen.
“Un mismo hombre no puede estar bien cualificado para todo; cado uno tiene su propia habilidad especial”.
EURÍPIDES, dramaturgo griego.
Tu turno
Aquí tienes el comienzo de dos afirmaciones:
_ Se me da bien. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
_ Disfruto con. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Complétalas y cópialas, al menos, diez veces cada una. Sí, diez.
La mayoría de la gente es demasiado modesta respecto a sus cualidades, así que puede que tengas que superar tu naturaleza excesivamente humilde. Piensa en todas las áreas de tu vida. Tus cualidades pueden tener que ver en cómo te relacionas con la gente, los números, los hechos, los animales, los planes, la comida, la tecnología, las ideas, la moda, tú mismo o cualquier otra cosa que se te ocurra. Captura toda cualidad que te venga a la mente, no importa lo mundana o trivial que te parezca. Una vez que hayas escrito todas las afirmaciones, reléelas. ¿Qué ves?
Hazlo ahora mismo. Tómate cinco minutos para completar las frases en una hoja de papel blanco. Pronto, descubrirás que se te ocurren nuevas cualidades. Pero si te quedas bloqueado y necesitas inspiración, ¿por qué no le preguntas a tu familia y amigos? Queda para tomar café, llama por teléfono o mándales un correo electrónico para explicarles que te has involucrado en un proyecto de crecimiento personal. Pregúntales: “¿Qué crees que se me da bien?”.
Apuesto a que tus amigos y tu familia serán más positivos respecto a lo que puedes hacer que tú mismo. Por eso, pronto tendrás muchas ideas sobre cuáles son tus cualidades.