A medida que empezamos a estar en contacto con la energía Reiki comenzamos a sentirnos con pilas, más creativos, con ganas de hacer muchas cosas. Es como si nos volvieran las ganas de vivir.
Viejos bloqueos comienzan a liberarse y nos volvemos más expresivos. No es el miedo lo que lo que nos motiva sino la alegría.
Nos liberamos fácilmente de conductas rígidas, y gracias al orden interno que comienza a producirse somos capaces de crear vínculos nuevos y más armónicos con los demás.
Conseguimos paz interior, nos equilibramos emocionalmente, mejoramos la autoestima y la confianza en nosotros mismos.
Pero hay algo más que se active con el contacto con la energía Reiki, y es la APERTURA DEL CORAZÓN. Esto produce cambios muy profundos en nosotros...
Durante la sintonía, el rayo Reiki penetra por la coronilla, atraviesa el corazón y fluye hacia las manos. Al abrirse el corazón al AMOR UNIVERSAL, a esa ENERGÍA DIVINA, empezamos a mirar y a sentir la vida de un modo diferente.
Esta maravillosa energía a tener efectos sobre nuestra personalidad empujándonos hacia el Amor, la verdad y el conocimiento.
Comenzamos a vernos desde una perspectiva diferente, totalmente nueva y establecemos con nosotros mismos una relación más integral. Sin darnos cuenta, comenzamos nuestro camino hacia el AUTO CONOCIMIENTO. A recorrer este camino interno que nos va a llevar hacia nuestro ser más profundo.
Este es el contacto más importante que podemos hacer en nuestra vida. Cuando contactamos nuestro ser Interno es que nos alineamos con una nueva energía y nos transformamos.
El Reiki nos lleva de la mano, ilumina nuestro camino y nos alienta en todo este proceso de crecer interiormente.