Una vez establecidas nuestras metas, y habernos situado en el punto de salida real (compromiso con la verdad) llega el momento de diseñar un plan de acción, el cual debemos sentir como nuestro, nos debe de complacer y debe ser también realista, osea no imponerse mucho al principio e ir viendo hasta donde somos capaces de llegar, para entonces poder superarnos un poco más cada vez.
Llevar a cabo nuestro plan de acción es lo que nos va a llevar hacia nuestra meta, por lo que es muy importante que este plan de acción seamos capaces de ponerlo en marcha, para que esa meta se convierta en una realidad, ya que el verdadero poder está en la acción y en la persistencia, ya que no existe el fracaso, solo resultados, algunos nos satisfacen y otros no, cuando no nos satisfacen habrá que cambiar el plan. El único fracaso es el abandono.
Hay que identificar los principales recursos de que dispones ya sea estado anímico, valores, creencias, relaciones, circunstancias, medios materiales y/o económicos. También hay que identificar los puntos débiles, o sea lo que te impide alcanzar lo que deseas y buscar el punto de apalancamiento de los mismos, es decir acciones que potencien nuestros puntos fuertes y debiliten los puntos en contra. Y con esto vamos haciendo un pequeño inventario de acciones posibles. Una vez que consideres que tienes el inventario de acciones, hay que valorarlo, conviene ver si realmente crees que lo puedes ejecutar. Debemos repasar a menudo nuestro plan de acción, al igual que nuestras metas, para corregirlo si vemos que algunos puntos no dan resultado, en función de la experiencia o bien no somos capaces de seguir como pensábamos con lo cual no avanzamos. Al repasarlo estudiaremos por qué no hemos ejecutado las acciones qué teníamos planteadas, y qué podemos cambiar o como las podemos plantear para que eso no vuelva a ocurrir. Siempre que reestructuremos el plan de acción debemos hacerlo sin perder de vista nuestra visión y asegurarnos de que esta se mantiene siempre. La visión podemos modificarla pero nunca reducirla. Cada seguimiento del plan de acción es un puente hacia un nuevo plan.